Me habría gustado conocer a Pepito el Retratado.
Era andaluz. Vivió en Moguer, lugar de nacimiento de Juan Ramón Jiménez. Le decían el Retratado porque siempre andaba atildado y relamido, como si le fueran a tomar una fotografía de estudio.
Una añosa soltera del lugar detuvo un día en la calle al médico del pueblo.
-¡Don Rafael! -se quejó llena de aflicción-. ¡No sé qué me sucede! ¡Ando siempre nerviosa, inquieta, desasosegada! ¡No duermo bien; no como bien; todo me disgusta! ¿Qué tendré, don Rafael?
-Señorita -se turbó el médico-, así de pronto, no sé...
Pepito el Retratado ha oído aquello desde su balcón. Le dice al doctor:
-¡La castidá oprimida, don Rafaé! ¡La castidá oprimida!
Me habría gustado conocer a Pepito el Retratado. Sabía de los daños que causa la naturaleza cuando se le oprime.
¡Hasta mañana!...