-Y ¿a qué horas se bailó el tapado?
“El tapado”... Era el último baile de la noche, la danza que se bailaba cuando las damas llevaban puesto ya el abrigo o tápalo que las defendería del frío de la madrugada al salir del salón a la desierta calle.
Era un vals, casi siempre, esa danza final. Las parejas estaban ya cansadas, y la música lenta cuadraba bien con su fatiga, con la tristeza de la alegría que terminaba y de la gris rutina que volvería a empezar.
Usos antiguos de nuestros abuelos... Vagamente recuerdo haber oído hablar de “el tapado”, el melancólico baile de quienes se resistían a irse de la fiesta y querían arrancarle todavía un último jirón.
Luego la politiquería mexicana le dio al vocablo el burdo sentido que tuvo durante muchos años. Pero yo, que siento nostalgia hasta de mí, no pienso en prosaísmos de política cuando oigo la palabra. Escucho armonías de vals dentro de mí, y pienso si acaso estoy bailando ya el tapado.
¡Hasta mañana!...
