HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor creó un espíritu.
¡Qué hermoso era! Grande, majestuoso, estaba lleno de nobleza y bondad. Llevaba en sí todas las cosas buenas de los hombres: la ternura; los sentimientos altruistas; la generosidad. Aquel que lo veía se sentía bueno sólo con mirarlo, y olvidaba el oscuro sedimento de sus rencores y su mezquindad.
-¡Qué bello es este espíritu! -se conmovió Adán-. ¿Quién es?
Respondió el Señor:
-Es el Espíritu de la Navidad.
-¡Es muy hermoso! -exclamó Eva-.
-Sí, -replicó el Señor-. Es el más bello de los espíritus del año. Tiene un defecto nada más.
-¿Cuál es ese defecto? -se inquietó Adán-.
Y respondió el Señor:
-El Espíritu de la Navidad dura solamente los días de Navidad.
¡Hasta mañana!...