Alguna vez me hice propósitos para toda la vida.
Ninguno de ellos he cumplido.
Luego solía hacerme propósitos para el nuevo año.
Pocos lograba concretar.
Ahora me hago propósitos para cada día; propósitos pequeñitos que no son difíciles de realizar. Muchos de ellos los vuelvo realidad, y todos juntos equivalen a un gran propósito.
Así haré también este año.
Nadie, pues, me pregunte cuáles son mis propósitos de Año Nuevo.
Pregúntenme cuáles son mis propósitos de nuevo día.
¡Hasta mañana!...