SE APROXIMA YA EL mes de febrero y como quien dice, nos encontraremos para esas fechas a la mitad de la temida cuesta de enero, que según los que saben se prolongará por todo el año 2008. Como es natural todos los compradores compulsivos que hicieron del mes de enero su tiempo más memorable, ven temerosos las terribles deudas que de un momento les tendrán que hacer efectivas sus acreedores.
PERO SI LOS GASTALONES están nerviosos y preocupas por su futuro, mucho mas lo están esos seres vivos que nos han venido acompañando en nuestro viaje en torno del Sol por milenios, esos seres que existían antes que el hombre pisara la Tierra, esos magníficos seres que nos dan sombra, cobijo, frutas, flores por decir lo menos, a todos los seres humanos.
NOS ESTAMOS REFIRIENDOSA los árboles de manera muy especifica. Ustedes se preguntaran por que razón nuestros amigos los árboles podrían estar preocupados y temerosos. La respuesta es muy sencilla: temen su muerte en manos de los siniestros señores que trepados en una destartalada carreta jalada por flaco burro o jamelgo, recorren silenciosos machete y hacha en riestra, para “podar” cualquier árbol que les ponga enfrente.
LA HISTORIA ES repetitiva en las colonias llamadas de la gente bien, que más parecerían de la gente mal, durante los meses de enero, febrero y marzo. Si no todas las familias lo hacen, si muchas la han tomado con verdadero rencor en contra de los
árboles.
BASTA CON RECORRER algunas calles de las colonias Torreón Jardín, San Isidro, Campestre la Rosita, Los Ángeles y otras, para darnos cuenta de las salvajadas que algunos hacen con los árboles que tienen la mala suerte de estar plantados frente a las casas de estos desalmados.
HACIENDO MUESTRA DE UNA ignorancia que va más a halla de lo imaginable. Con una diligencia admirable proceden a contratar a los verdugos de la flora nacional, los mismos de los carretones destartalados jalados por escuálidos burros o jamelgos, y les dan instrucciones precisas para que como cada año, procedan a arrasar con las ramas y follaje de los árboles plantados en las banquetas hasta dejarlos como verdaderos postes de la luz. Una vez cometido el coccidio esperan anhelantes a que llegue el próximo año para volver a los mismo y arrasar nuevamente con los pobres árboles.
UNO SE PREGUNTA ante tal ignorancia: ¿Sabrán estos señores taladores todos los beneficios que proporcionan a la naturaleza y al hombre esos seres vivos? Estamos seguros que no tienen ni la menor idea de ello. Tampoco saben del daño que le están haciendo a la comunidad en donde viven con su conducta bárbara.
VIVIMOS en un desierto y cualquier comunidad medianamente civilizada sabe que uno de los elementos mas preciados que se debe proteger y cuidar, son el agua y la vegetación. Se necesitan árboles para producir oxigeno gas vital para nuestra existencia. Se necesitan árboles para protegernos del Sol, para darle belleza y grandeza a nuestras calles, avenidas, bulevares, parques, plazas y jardines.
LA PROTECCIÓN y cuidado de la flora en una comunidad, está en proporción directa a su cultura y educación. Si llegamos a una ciudad en donde encontramos sus árboles destruidos y destrozados estaremos ciertos de que hemos arribado a una comunidad con muy poca cultura o ignorante del todo.
MUY CONVENIENTE seria que la sonada Comisión de Ecología que funciona en esta ciudad y el propio presidente Municipal José Ángel Pérez Hernández, tomara ahora si cartas en este delicado asunto y hagan una campaña de concientización entre los ciudadanos para evitar las irracionales podas a los árboles, que realmente son “jodas” y en perjuicio de nuestra flora.
SERIA MUY CONVENIENTE recordarles a los taladores que los árboles que están sembrados en las banquetas de la ciudad, no son de su propiedad, son propiedad de todos nosotros.
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