NOSOTROS PUEBLO LLANO desconocedor de los platillos y ensaladas que se cocinan en las altas esferas de la política nacional nos sentimos desconcertados, es mas, yo diría que hasta intrigados por el empeño que los partidos políticos han puesto en las tareas para elegir consejeros y presidente del Instituto Federal Electoral.
CUALQUIER VIAJERO que llegara a nuestro país desconocedor del sistema que nos gobierna y viendo los desfiguros que están haciendo los representantes de las parlamentarias de los diversos partidos en la Cámara de Diputados, pensaría haber llegado al “ombligo” democrático del mundo.
AHORA RESULTA que la partidocracia se disputa quienes deberán ser los personajes que integren y encabecen el IFE para las próximas elecciones de 2009 y de 2012.
POR LO PRONTO EL PRD ya publicitó a su candidato a quien quiere sacar a como dé lugar. Se trata del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación don Genaro David Góngora Pimentel cuaderno y cuatacho de “El Peje”. En este personaje ha puesto sus esperanzas el partido del Sol Azteca en busca de tener un árbitro a modo para las contiendas electorales que se avecinan.
LAS OTRAS DOS FRACCIONES en la Cámara de Diputados, el PAN y el PRI, no hacen tampoco malos quesos y buscan también meter las manos hasta los mismísimos codos en eso de nombrar a los consejeros y al presidente del IFE.
ANTE TODO DEBEMOS todos reconocer que la creación del IFE fue un triunfo de todos los mexicanos que lucharon por la creación de un organismo autónomo, independiente y confiable que con estricto apego a las leyes organizara las elecciones y calificara sus resultados, tema permanentemente cuestionado durante toda nuestra historia.
LA IDEA ERA crear una entidad pública verdaderamente autónoma que al margen de intereses partidistas pudiera resolver nuestros problemas del ejercicio democrático. En ese camino se logró avanzar enormemente desde la reforma política de López Portillo hasta la misma creación del IFE por Salinas de Gortari y su continuo perfeccionamiento.
SIN EMBARGO, parece que los grupos parlamentarios tratan de borrar de un solo plumazo todo lo logrado, desde el punto de vista democráticos, que ha consolidado el IFE.
LO LAMENTABLE de toda esta comedia de equivocaciones, es que en las mismas narices de nosotros, el pueblo llano, los señores de las fracciones parlamentarias sin ningún recato enseñan la oreja y cada uno pretende secuestra al organismo para sujetarlo a su control.
EN ESTAS CONDICIONES, las cosas se están poniendo de tal manera, que no falta mucho tiempo para que el árbitro de nuestras elecciones y del propio sistema democrático, se dañe de tal manera, que ya no servirá en el futuro ni al sistema de elecciones libres, ni a los partidos políticos ni a México finalmente.
EL ESPECTÁCULO QUE están dando los partidos en la elección de los integrantes del IFE se podría comparar con el inmoral proceso que los equipos de futbol escenificarían si previo a un torneo, los clubes se pelearan públicamente y sin el menor recato para imponer un determinado árbitro y a los abanderados para los juegos por realizar.
¿DÍGANME USTEDES que credibilidad tendría el resultado de un juego futbolero, si uno de los equipos contendientes ya designó previamente al árbitro y abanderados? Es eso precisamente lo que nos quieren imponer las fracciones parlamentarias de la Cámara de Diputados. Designar a su árbitro para poder, si es necesario, torcer el resultado de una elección.
PERO LO MÁS ASOMBROSO: lo estén haciendo públicamente y frente a todos los mexicanos sin vergüenza ni recato alguno. Nos están gritando a todos ¡Yo quiero al árbitro y lo quiero a mi modo¡ y no pasa nada. Será que ya nos convertimos en un país de cínicos.
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