LA INVASIÓN de predios ha venido siendo una costumbre por medio de la cual, algunos líderes vivillos y vividores han encontrado el modo de engordar sus bolsillos, mediante la explotación de la necesidad básica que tiene todo ser humano: tener un pedazo de tierra sobre el cual construir una vivienda para su familia.
COMO SE PODRÁ RECONOCER, la necesidad de un techo en dónde vivir es una prioridad para todo ser humano. En alguna ocasión mi inolvidable maestro y amigo don Andrés Henestrosa, nos comentó en la mesa de los desayunos de los sábados en el Diplomático: “Mire Víctor, es peor no tener en dónde dormir, que no tener qué comer”.
EL COMENTARIO VIENE al caso con motivo de la regularización de más de cuarenta y cinco hectáreas que acaba de hacer el gobernador Humberto Moreira en la colonia Zaragoza de Torreón. Esta medida vendría a beneficiar a 3,200 familias que desde hace muchos años ocupan terrenos ajenos y que invadieron. La solución efectiva para todas las partes involucradas cuando se presenta el problema de una invasión de terrenos, ha sido históricamente un problema difícil y complicado de atender y más, cuando se convierte en un problema de tipo social.
EL PROCEDIMIENTO que se ha seguido para las invasiones es sencillo. Primeramente unos líderes vivillos alborotan a un grupo de personas marginadas a las que prometen cumplirles su sueño secular de tener un terreno en dónde vivir, eso sí, mediante la entrega de una cuota mensual por la posesión del lote y después una cuota mensual por la protección para que no sean despojados del lote invadido. Más adelante aumentan las cuotas que exige el líder, con el pretexto de que están tratando la regularización de la invasión y la introducción de los servicios de agua potable, alumbrado, pavimento y drenaje. Finalmente desaparecen los líderes y la gente queda abandonada a su suerte y por otra parte los dueños del predio invadido sin el justo pago del precio por su propiedad.
LA ATENCIÓN FRONTAL al problema de la posesión irregular de tierras y que se repite en otras ciudades del estado de Coahuila, representará otros 18 programas de regularización, con la opción a que les sean entregados a los posesionarios los lotes que ocupan en propiedad; y por otra parte, el pago justo a los legítimos propietarios de las áreas invadidas. Ésta es una manera práctica de resolver un problema que por la vía judicial ha resultado imposible de finiquitar, ya que las acciones reivindicatorias que ejercitan los propietarios invadidos, aun con la existencia de una sentencia firme e inapelable, estas resoluciones son en la mayoría de los casos, imposibles de ejecutar o hacer cumplir, frente a una realidad de tipo social y política.
LA REGULARIZACIÓN de las áreas invadidas traerá como consecuencias la captación del impuesto predial, el mejoramiento y reordenación urbana de la zona, la desactivación de un foco de tensión social, el mejoramiento de las construcciones, y la recuperación por parte del propietario del valor de su inmueble. Los precaristas ahora como propietarios, podrán ser sujetos de crédito y con ello, incrementar y consolidar la actividad económica a que se dediquen, con el consiguiente efecto en el consumo de materiales para la construcción, muebles, servicios, etc.
EL GOBERNADOR MOREIRA anunció que la regularización de terrenos invadidos abarcará 18 acciones que vendrán a beneficiar a 25 mil familias con los consiguientes benéficos ya relacionados. Sin embargo, algunos opinadores no están muy de acuerdo con el hecho de que el Gobierno les “regale” el lote de terreno invadido, pues califican estos procedimientos como meramente populistas para captar clientela política y votos en las urnas.
ESTE TEMA de por sí tan controvertido, podría ser considerado desde el punto de vista de la justicia social, tanto para los precaristas como para los propietarios del predio. Si se logran satisfacer los dos extremos del problema: paracaidista y propietario y se da la oportunidad de que algunos mexicanos tengan una oportunidad de mejorar su nivel de vida, cualquier otro tipo de consideración resultaría totalmente irrelevante ya que en el fondo con estas acciones se está buscando lograr un bien mayor para el mayor número de personas posibles.
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