SE CONMEMORÓ EL PASADO 19 de febrero el Día del Ejército. La fecha recuerda los actos de lealtad que un grupo de cadetes del Heroico Colegio Militar cumplió con su jefe nato, don Francisco I. Madero, Presidente de la República en 1913, con motivo del cuartelazo que para derrocarlo y posteriormente asesinarlo consumó Victoriano Huerta.
EN TAN SIGNIFICATIVA fecha, el general Guillermo Galván secretario de la Defensa Nacional, entre otros conceptos, dijo: El crimen organizado representa un peligro real para la seguridad de todos así como para la estabilidad de las instituciones nacionales, pues pretende construir imperios del crimen”.
LO ANTICIPÓ EL PRESIDENTE Calderón: “La guerra en contra del crimen organizado será larga y difícil y habrá bajas de ambos lados”. El asunto del crimen organizado no puede dejarse a lo anecdótico, a la indiferencia ni a una política del avestruz. El crimen existe. Está en las calles de todas las ciudades del país en donde diariamente cobra víctimas y siembra el terror.
EL CRIMEN ORGANIZADO trata de imponer el miedo y sus propias leyes para atemorizar a los ciudadanos y tratar de vencer al Estado Mexicano. Es ésta una verdadera y real lucha de poder, en la que las familias y la sociedad se encuentran indefensas e impotentes ante la violencia de los señores del crimen.
ESTOS GRUPOS de delincuentes forman una muy especializada élite perfectamente organizada y entrenada en el manejo de armas y explosivos. Son expertos en comunicaciones, en la infiltración de espías en los centros de Inteligencia de todas las Policías del país; especialistas en escaneo de teléfonos celulares, “lavado” de dinero y en ejecución de sus enemigos, competidores y persecutores y además en la corrupción de todo tipo de autoridades.
ES POR ELLO que nuestra sociedad debe darse cuenta de la existencia de este peligro que es real, y evitar tratarlo de manera anecdótica o superficial. Nuestra juventud y nuestra niñez ya es presa de esos grupos a la que han hecho presa de las adicciones. Muy poco podemos esperar para el futuro cercano, de un México lleno de adictos y marihuanos bajo el control y manejo de sus proveedores.
ES ÉSTA UNA VERDADERA GUERRA en la que la sociedad y los ciudadanos se encuentran materialmente entre la espada y la pared. Por una parte, el crimen organizado que quiere doblegar el Estado de Derecho para apoderarse de las instituciones nacionales, y por la otra, los cuerpos policiacos y el mismo Ejército que con sus acciones dañan y alteran la vida pacífica de los habitantes de este país y violan sus garantías.
DE AHÍ QUE SEA EL EJÉRCITO Mexicano el último recurso al cual puede recurrir el Estado Mexicano para hacer frente a tan terrible flagelo, pues todos sabemos que las Policías ya han sido corrompidas y cooptadas al grito amenazante de: “plomo o plata”.
PERO LO QUE SÍ SERÍA SUMAMENTE loable, es que en esta guerra que se está librando en contra del crimen organizado, el Ejército y los cuerpos policiacos respetaran en todo momento los derechos de los ciudadanos, que ajenos e inocentes a las acciones militares, policiacas y de los señores del crimen, son en ocasiones sujetos de arbitrariedades que atentan a sus derechos humanos.
PERO LO QUE sí es un hecho incontrovertible, es que la guerra ahí está, todos los días la vemos y leemos en los periódicos; no tiene para cuándo acabar, pero sin lugar a dudas es una guerra que el Estado Mexicano está obligado a ganar por su propia supervivencia.
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