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Mirando a fondo

Víctor González Avelar

SIN PENA NI GLORIA acaba de pasar el Día Internacional de la Mujer. Actos, fiestas y veladas promovidas muy especialmente por los gobiernos a sus tres niveles, sirvieron para pregonar por enésima vez y ante todo el país, la importancia que representa la mujer en el desarrollo del país y darle de esta manera, el mas amplio e incondicional reconocimiento por todas sus virtudes de género.

LA MUJER RESPRESENTA actualmente el 50.8% de la población total del país y de todas las mujeres en edad adulta en México, el 65.1% trabajan y una quinta parte de ellas es jefe de familia.

EN EL ÁMBITO laboral su participación se ha venido incrementando constante y paulatinamente de manera muy significativa. De esta manera ha logrado ocupar varias responsabilidades laborales que hasta hace muy poco años se consideraban exclusivas de los hombre; aunque debemos reconocer, que para que una mujer ocupe el mismo trabajo que un hombre, debe ser tres veces más eficaz que aquel.

NO OBSTANTE LOS innegables avances que ha tenido la mujer en su lucha por conseguir la igualdad de género en todos los aspectos de la vida, esa lucha ha sido difícil y poco comprendida por su opresor: el hombre.

ES EL HOMBRE quien desde los tiempos de las cavernas ha venido ejerciendo violencia sobre la mujer. Culturas van y culturas viene y el signo de la opresión sobre la mujer se manifiesta en todos los aspectos de las culturas y en la vida especialmente de nuestro país.

BÁSTANOS RECORDAR a las diversas culturas que se manifestaron en este territorio mexicano, en donde la mujer materialmente no existía como ser humano y en cambio, si era víctima de explotación, discriminación, vejación y violencia por parte de su congénere: el hombre. Tenemos otro caso como son las leyes de la religión musulmana que permite se cometan una serie de excesos inadmisibles en contra de las mujeres del Islam, y que le niegan hasta el simple derecho de mostrar su rostro en publico.

PERO PARA QUE ir tan lejos si aquí en el propio México tenemos aquí un verdadero mosaico de todo tipo de discriminaciones y violencia sobre el género femenino.

SEGÚN INFORMACIÓN estadística, el 67% de las mujeres de más de 15 años de edad en México, ha sido víctima de la violencia por parte de los hombres. El 20% de los homicidios en contra de las mujeres se comete en el interior de su propio domicilio, esto quiere decir que de cada cien crímenes en daño de la mujer, veinte se cometen bajo y al amparo de su propio domicilio.

PARA ENTRAR AL ESTUDIO de este asunto sobre la violencia del hombre sobre la mujer, sería necesario penetrar hasta lo más profundo de la naturaleza del varón. Hurgar en la región más primitiva y primigenia de su cerebro para encontrar ahí el origen de su comportamiento ante la mujer.

SI NOS ATENEMOS a las estadísticas de la criminalidad, tenemos que reconocer que el crimen y la tortura tanto física como moral, que se ha cometido en este planeta de sus primitivos orígenes, la ha cometido el ser llamado varón. Son los miembros de este género, los que han cometido en un 99.99% los crímenes seriales. Son ellos los únicos que han organizado todas las guerras que en este mundo han sido, juntamente con sus respectivas e irracionales masacres.

HAN SIDO HOMBRES los asesinos de las mujeres en Ciudad Juárez. Son estos hombres que los mismos que después de regresar de una sentida peregrinación “a la Virgencita de Guadalupe”, agraden física o moralmente a la esposa o compañera por el simple hecho de que no les cocinó unos chilaquiles para la cruda.

ES EN ESTE TERRIBLE campo en donde tiene que luchar la mujer para tratar de superarse y lograr, que algún día, se le llegue a respetar y a reconocer su calidad de ser humano. Es en este difícil espacio en donde la mujer tiene que sobrevivir desde la niñez hasta su vejez.

DE DONDE ESTE PROBLEMA de la violencia que genera por parte del varón, tiene muchas aristas y variados orígenes; pero finalmente los hechos nos llevan al mismo lugar: Es la propia naturaleza del varón, la que no obstante los miles de años de civilización no le ha sido posible atemperar y mucho menos domeñar. Y es que todas esas conductas negativas se encuentran programadas en sus propios genes que lo dominan en su conducta animal y más primitiva.

ES DE LA NATURALEZA del hombre, cosa no justificable, el tratar siempre de dominar a los otros hombres, pero por lo pronto y en calidad de mientras, empieza por dominar a los seres que tiene más cercanos e indefensos: a sus hijos, a sus hijas y a su mujer. Y entre más pobre e ignorante sea el varón, su violencia también será mayor.

¿TENDRÁ ESTO algún día compostura?

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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