LOS SEÑORES DIPUTADOS DE LA ASAMBLEA Legislativa del Distrito Federal, a falta de cosas más importantes de qué ocuparse, han puesto en el tapete de la discusión y como un agregado al delito de hostigamiento o acoso sexual, la novedosa figura jurídica de las “Miradas Lascivas”.
LOS LEGISLADORES del Distrito Federal, no conformes con el revuelo y alboroto que armaron con motivo de la llamada Ley de los “fumadores”, ahora han tomado “las de Villadiego” como dirían los clásicos escritores españoles del Siglo de Oro y enfocan sus inquietudes jurídico-morales-religiosas y éticas por el rumbo de las miradas lascivas.
LA PROPUESTA DE LOS SEÑORES que trabajan en el edificio de Donceles y Allende en el meritito Centro Histórico de la Ciudad de México, está siendo reflexionada a profundis, sobre algunos inquietantes temas de derecho que jurista alguno haya imaginado en su más larga noche de insomnio.
LOS DIPUTADOS TRATAN DE PENAR con cárcel y multa a todo aquel mortal que ose dirigir (a un hombre o a una mujer, no distinguen) una mirada “lasciva” y las personas de razón se preguntarían: ¿Qué es o en qué consistiría una mirada lasciva? ¿Cómo deberá poner el lascivo la cara, cómo los ojos, cómo la boca, cómo la lengua para poder llegar a considerarla como una mirada lasciva?
LOS SEÑORES DIPUTADOS del Distrito Federal están asumiendo una conducta verdaderamente cómica y risible que finalmente nos da ternura, que pretendan legislar más que Moisés, Buda o Mahoma, a quienes nunca se les ocurrió penar o declarar como pecado las llamadas “miradas lascivas” y que ahora tanto preocupa a los legisladores del Distrito Federal.
SEGÚN EL DICCIONARIO de la Lengua Española, son sinónimos de lascivo: sensual, sicalíptico, vicioso, voluptuoso, caliente, erótico, impúdico, incontinente, libertino, libidinoso, lujurioso, lúbrico, obsceno, rijoso, corrompido. Esto nos pone muy en claro, que los legisladores se están metiendo en un asunto para el cual no tienen la mínima capacidad intelectual y menos el conocimiento de disciplinas tales como la psicología, el derecho, la moral o la religión para tratar un asunto tan complejo y con tantas aristas.
EN ESTE CÓMICO ASUNTO, los legisladores se están metiendo en el tenebroso terreno de la subjetividad tema muy complejo y más en la materia penal. Quiero imaginar a un juez desahogando un proceso instaurado en contra de un viejo lascivo acusado de haber mirado feo y con lascivia a una mujer o hasta a un hombre. ¿Cómo se podrían configurar e integrar los elementos de este tipo de delito?
¿ CUÁL ES UNA MIRADA de tipo lasciva, cuál no la es? ¿Quién puede calificar con toda certeza si es lasciva o no lo es? Sería mediante un video sacado oportunamente al presunto delincuente enfocándole con un gran zoom a los ojos, a las comisuras de los labios, a la lengua a la expresión de su cara como una totalidad absoluta? Como podrán ver mis lectores la cosa es de risa loca.
MUCHO MEJOR SERÍA que los despistados diputados encaminaran y ocuparan su tiempo en tratar de resolver los miles de problemas que afectan a la Ciudad de México, tales como la corrupción de la Policía capitalina, el manejo ilegal y bajo extorsión de los “giros negros”, el terror de los ambulantes, de los cuidacoches en Chapultepec que cobran una cuota a todo aquel que estacione su vehículo, como si fuesen propietarios de las calles y así podríamos irnos hasta el infinito.
EL PELIGRO QUE subyace y en riesgo de los legisladores con esta nueva norma penal, consiste en que ellos serían los primeros consignados y desaforados, con motivo de las miradas súper lascivas que diariamente fijan sobre las espléndidas edecanes que sirven en el salón de plenos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
POR LO PRONTO todos los lascivos y concupiscentes se han puesto a temblar por la terrible amenaza que pende sobre su cabeza. Entretanto los abogados ya están aconsejando a sus clientes lascivos, que mejor usen lentes obscuros para que nadie pueda llegar a identificar la naturaleza o la intención de sus lascivas miradas.
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