POCO SE CONOCE del plan para rescatar el Centro Histórico de Torreón que se dice obra en poder de la Presidencia Municipal. Hasta el día de hoy la ciudadanía no ha visto publicado ni siquiera un anteproyecto, plano o dibujito de lo que se traen entre manos nuestros señores empleados, que vía urnas electorales, fueron contratados para gobernarnos por cuatro años.
LOS QUE EN ÚLTIMA instancia pagarán la ejecución del proyecto, están ayunos de cualquier información y por más que se busca no se ha podido encontrar por ahí una maqueta a escala, como lo hacían los clásicos en el pasado, para que el pueblo llano como nosotros, pueda tener a la vista de manera fácil y accesible de cómo sería ese “rescate”; por el contrario, cada mes el Ayuntamiento presenta una fase nueva del programa que las más de las veces contradice el anterior.
LA IDEA del rescate del Centro Histórico, gira en torno de un asunto al que el alcalde le alza pelos y que se llama ambulantaje o comercio informal. La cosa no es para menos, desde el momento en que los vendedores de discos y videos “piratas”, de mercancías chinas de contrabando, de chicharrones, fritangas y demás porquerías se instalaron a plenitud en el Centro de la ciudad, las cosas se pusieron difíciles y de riesgosa resolución.
LA REALIDAD ES QUE el legendario mercado de la Alianza creció y se extendió hasta la mismísima Plaza de Armas. El comercio que estaba circunscrito a la calle de Melchor Múzquiz y al poniente de la ciudad, de manera silenciosa y paulatina las más de las veces con el pleno consentimiento, disimulo y complicidad de las autoridades, se expandió hasta donde ahora lo podemos ver sin que nadie hiciera en su momento nada para evitarlo.
EL RESCATE DE UN Centro Histórico no es una novedad. Existen muchas experiencias al respecto y como muestra podríamos citar el de la ciudad de Durango, el de Zacatecas, el de Morelia, el de Querétaro o el de Guanajuato solamente por mencionar a los más exitosos; pero para lograrlo hubo necesidad de contratar a urbanistas y arquitectos que sabían de estos asuntos, personas con cultura y visión de futuro.
PERO NO ÚNICAMENTE se necesitan profesionistas en desarrollo urbano, arquitectos o ingenieros cultos, lo que más se necesita para este tipo de asuntos, es tener realmente la voluntad política para realizar los proyectos y lo que es más importante: la decisión de pagar los costos políticos que conlleva.
POR LO PRONTO, a las autoridades de Torreón ya les temblaron las corvas (como decía mi general Francisco Villa al referirse a los federales) y llegaron a extremo de diseñar “un módulo muestra para los vendedores ambulantes”. En esta comedia de equivocaciones, el señor Rodolfo Walss secretario del Ayuntamiento está solicitando a la ciudadanía un “voto de confianza” sobre algo que nadie conoce realmente.
Y ES QUE LO ÚNICO que ha llegado a los medios sobre este tema por parte de los “rescatadores” del Centro Histórico, es su genial ocurrencia de crear dos nuevos corredores de vendedores ambulantes sobre las calles Valdés Carrillo y Cepeda, entre los bulevares Revolución y el Independencia. Además se les ha ocurrido la genial idea de crear nuevas áreas peatonales que sin duda, únicamente servirán para ampliar los espacios para nuevos vendedores informales.
EL PROBLEMA ES DIFÍCIL y peliagudo. Por lo pronto este asuntito nos parece muy superior a las fuerzas y capacidad del actual Ayuntamiento, que ha venido demostrando no estar dispuesto a pagar el costo político que conlleva un reordenamiento real y efectivo del Centro Histórico, y además, por que en estas fechas lo que más les preocupa son las elecciones para diputados locales que ya se avecinan, y por otra parte, por la ambición que tiene el alcalde de llegar a figurar como candidato de los azules al Gobierno de Coahuila.
DE AHÍ QUE HASTA que el Ayuntamiento nos exhiba siquiera una maqueta que ilustre sobre el traído y llevado proyecto, las personas de razón no debemos hacer mayor caso de tantas y descabelladas declaraciones sobre este tema tan importante para la ciudad.
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