LA CORRUPCION EN ESTE PAÍS forma parte de la vida nacional desde hace cientos de años y en ella se baten gobernantes y gobernados. Desde la llegada a estas tierras de los habidos españoles en busca del oro fácil, las encomiendas de indios y la compra de cargos públicos de la corona, el “unto” como llamaban los peninsulares a la mordida ha sido ama y señor en esta tierra de los mexicanos.
DESDE TIEMPOS INMEMORIALES (los virreyes, los gobiernos centralistas, los republicanos, los del imperio de Maximiliano, los revolucionarios, los azules y ahora los amarillos), no ha habido uno solo, que no haya jurado y perjurado acabar con esta fea y costosa costumbre de la “mordida”. En este propósito las autoridades mexicanas y los mexicanos se han venido rasgando las vestiduras prometiendo acabar con tan terrible flagelo, cosa que las personas de razón consideran si no difícil de erradicar, sí imposible. En una sociedad en donde la corrupción ha podido enraizar con la profundidad de un roble y que forma parte de la vida misma del mexicano, acabar con ella sería una verdadera tarea de titanes.
POR PRINCIPIO, LAS LEYES y los reglamentos están hechos precisamente para propiciar la corrupción. No puede el ciudadano iniciar el más simple trámite administrativo, cuando ya le está exigiendo o delicadamente insinuando el de la ventanilla, que tiene que “entrarle”. Es por ello que sean tan interesantes los datos que investigó Transparencia de México una ONG a cargo de Jesús Reyes Heroles, y que nos pinta con toda claridad el grado de corrupción que en 2007 sufrimos cien millones de mexicanos de manos de los señores burócratas a los tres niveles de Gobierno.
EN EL AÑO 2007 se registraron 197 millones de actos de corrupción con motivo de la prestación de los servicios públicos, señala el informe. Ahora bien, el promedio las “mordidas” en 2007 costó a cada hogar mexicano $138 pesos. La suma en dinero de toda esta inacabable cadena de corrupción durante 2007, la estimó Transparencia Mexicana en más de 27 mil millones de pesos. Esto representa más de 74 millones de pesos por día que los mexicanos tienen que pagar por concepto de “mordida” y que el gobernante exige a sus gobernados.
LA CORRUPCIÓN REPRESENTÓ para los hogares mexicanos un destino del 8% de su ingreso anual por el rubro de la mordida, para los hogares con ingresos de hasta un salario mínimo, este impuesto regresivo (la mordida) representó el 18% de su ingreso, tal como lo consigna el informe. Esto quiere decir que los más fregados son los que tienen que pagar más mordida.
LAS ÁREAS EN DONDE se ha tratado de corregir este flagelo son las correspondientes a las infracciones al Reglamento de Tránsito o bandos de Policía y Buen Gobierno; el evitar ser infraccionado o detenido por un agente de Tránsito, estacionar el auto en la vía pública o en lugares controlados por personas que se apropian de la vía publica (los franeleros y cuida-coches), pedir al camión oficial llevarse la basura y obtener agua de las pipas. Las situaciones donde aparentemente hay menos corrupción ahora que hace dos años, son al sacar el auto del corralón, trabajar o vender en la vía pública, recuperar un auto robado y solicitar un trámite ante el Registro Público de la Propiedad.
LA POBREZA Y LA IGNORANCIA que siempre van juntas, han sido los blancos preferidos por los corruptos en el Gobierno. Existe también la otra la corrupción o de alto nivel, cuando un ciudadano pretende crear o abrir un negocio productivo; pero en el primer caso cuando se trata de ciudadanos desprotegidos por su pobreza o ignorancia, la “mordida” casi siempre busca evitar sufrir una injusticia.
ESTA ES LA MÁS LETAL de todas las “mordidas”. En un Estado de Derecho a nadie se le debería exigir el pago de “unto”, bajo la amenaza de que de negarse, sufriría una injusticia por parte del Estado.
LAS ENTIDADES más corruptas resultaron ser Estado de México con 18.8, el Distrito Federal 12.7; Tlaxcala 11.7, Puebla 11.5 y Morelos 9.8. Por otra parte, los estados en donde hay menos corrupción son Colima 3.5, Aguascalientes 4.7, Guanajuato 5.1, Nayarit 5.2 y Michoacán 5.2. Por su parte Coahuila ocupó un modesto 13º. lugar con 8.4.
EL TEMA ES DIFÍCIL y complicado y por desgracia ya forma parte de la propia naturaleza del mexicano.
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