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Mirando a fondo

Víctor González Avelar

LA OTRA PUNTA del problema de las drogas es el consumo. Ley inmutable de la economía nos dice: que en donde hay demanda habrá siempre oferta, lo que quiere decir que el combate al narcotráfico debe contemplar también una política de educación para que los niños y los jóvenes no caigan en la dependencia de los estupefacientes.

TRADICIONALMENTE se ha pensado que el asunto del consumo de enervantes estaba al Norte de nuestra frontera y que México era un simple exportador de las drogas que se consumían y siguen consumiendo los norteamericanos. Al principio del fenómeno la droga pasaba por nuestro país y penetraba a todos los rincones de los Estados Unidos, en donde se consumía y sigue consumiendo con entusiasta alegría e interminable afán. Hasta ahí llegaba entonces nuestro problema.

PERO POR DESGRACIA para México, el problema no es ahora el mismo. Según datos de la Encuesta Nacional de Adicciones de 2002, el 5.05% de los mexicanos ha consumido drogas alguna vez en su vida. Tenemos ahora a una sociedad que exige cada día ser surtida con más droga. Al existir mayor demanda el narcomenudeo crece de manera proporcional a la nueva demanda. En los programas que ha llevado el Gobierno Federal se ha olvidado este otro aspecto del narcotráfico y que es el último eslabón de la cadena. Los cientos de jóvenes mexicanos que se han venido sumando al grupo de los adictos.

LA INFORMACIÓN más reciente sobre el consumo de drogas en este país y que dio a conocer la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito publica que en el mundo existen actualmente más de 200 millones de seres de entre los 15 a los 64 años que consumieron o consumen alguna droga. El mercado potencial de la droga es enorme, siendo enorme sigue creciendo, y de grandes expectativas para los que la producen, transportan y comercializan.

POR LO QUE RESPECTA A MÉXICO, existen 3.5 MILLONES de mexicanos de entre los ¡12! y los 64 años que son adictos y este número se incrementa cada día. La iniciación de los niños y adolescentes se ha convertido en un problema de graves y de peligrosas proporciones pues cada día disminuye la edad de los adictos. Por su porcentaje de consumo la marihuana ocupa el primer lugar, le sigue la cocaína y finalmente los inhalables y estimulantes del tipo de las anfetaminas. En último lugar la heroína y los alucinógenos.

QUE BUENO QUE el Estado mexicano sigue con su tenaz campaña en contra del narcotráfico en todas sus manifestaciones y en la que ha tenido muy buenos resultados, siéndose de lamentar los soldados y agentes policiacos que han sido asesinados en esta guerra que asola a México; sin embargo el último eslabón de la cadena, esto es, los consumidores, seguirán demandando a quien sea, les ponga a su disposición, tiempo y forma la droga que necesitan.

NO OBSTANTE que los capos lleguen a ser puestos ante la Ley y los cárteles sean desmantelados, la demanda esta ahí inamovible y presente. Esta demanda está sujeta a las reglas de la economía y será indefectiblemente satisfecha por otros cárteles que sustituyan a los desmantelados y por los nuevos narcotraficantes que sustituyen a los que metieron en las cárceles. Este negocio es tan fabuloso que su manejo representa más de 500 mil millones de dólares a nivel mundial. Un negocio de esta magnitud y de tan enormes ganancias no lo dejarán nunca.

SE DEBERÍA ATENDER de manera prioritaria el problema del consumo. Ya tenemos el ejemplo de las diversas campañas que el Gobierno y asociaciones han venido haciendo en contra del tabaco. Estas campañas han tenido excelentes resultados y el tabaquismo ha declinado como adicción de manera muy importante. A la falta de consumidores la mercancía se quedaría almacenada, el poder económico de los cárteles bajaría de tono, el negocio declinaría y con ello el problema del narcotráfico en general.

MIENTRAS AUMENTE el número de mexicanos que consumen droga, el problema no tendrá fin. Cada quien en su área de influencia empezando por la familia, deberá estar atento y vigilar el comportamiento personal de sus hijos, del tipo de amigos que frecuenta y los lugares de diversión a que asisten. Es la vigilancia de los padres lo que podrá evitar que este flagelo siga destruyendo a nuestra juventud.

PUES MÁS DAÑO LE HACE al narcotráfico la pérdida de un cliente consumidor, que un operativo militar.

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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