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Mirando a fondo

Víctor González Avelar

LAS POLICÍAS Y SU CORRUPCIÓN

EL ASUNTO DEL ANTRO “New’s Divine” de la Ciudad de México, en donde murieron 12 jóvenes y hubo más de 20 lesionados, refleja el estado primitivo en que se encuentran nuestros sistemas policiacos y no nada más en la capital del país, en todo México.

UN OPERATIVO POLICIACO practicado por cuerpos de seguridad primitivos, dirigido por mandos analfabetos y ayunos del más elemental conocimiento para realizar ese tipo de procedimientos, irrumpió con prepotencia e ignorancia en un local cerrado lleno hasta su máxima capacidad de jóvenes que trataban de divertirse y la mayoría de ellos de clase económicamente baja.

PARA EMPEZAR, los polizontes entraron al local de manera intempestiva y prepotente, como siempre lo hacen cuando son más de cuatro elementos. Enseguida y en medio del desconcierto general de la multitud que desconocía de momento lo que estaba sucediendo, los polizontes empiezan a lanzar gases lacrimógenos sobre los bailarines y como un macabro fin de fiesta, proceden a cerrar las entradas y salidas del antro lo que originó el terror de los asistentes, estados de claustrofobia y la estampida de todos sobre las puertas de salida en donde finalmente quedaron atrapados y muertos 12 jóvenes.

ESTE ACTO DE BARBARIE policiaca pone de muestra una vez más, el lamentable estado que en materia de seguridad pública tienen los cuerpos policiacos que pagamos todos. Si ese celo profesional que demostraron en el “antro” lo aplicaran al narcomenudeo, el problema del narcotráfico estaría en estos momentos resuelto en México.

EL PROBLEMA DE LAS POLICÍAS en este país no es nuevo. Podemos asegurar que no hay mexicano que no haya sufrido en carne propia la extorsión, la “mordida” y la prepotencia de los policías en cualquiera de sus diversas modalidades como cuerpos policiacos federales, estatales o municipales.

EL SÍNTOMA MÁS característico de la corrupción, ineficacia y extorsión de los cuerpos de seguridad, es que su violencia y extorsión la aplican de manera más terrible en daño de sectores más pobres y desprotegidos de la sociedad. Entre más fregado esté un ciudadano será una presa más fácil de amenaza y extorsión.

A LOS FREGADOS FREGARLOS MÁS parecería ser el lema de las autoridades, pues ahora resulta que a la fecha los Servicios Forenses del Distrito Federal no les han entregado a los padres, los cuerpos de sus hijos asesinados por la estupidez de un grupo de policías ineptos, más acomodados a asaltar ciudadanos que a protegerlos.

POR LO PRONTO MARCELO EBRARD declaró que ya cesó a los implicados en esta tragicomedia de despropósitos, como si eso fuera suficiente para atenuar el dolor de los padres de los jóvenes muertos en su estampida en la búsqueda de una puerta de salida en medio del caos provocado por un grupo de tontos que cobran como policías. Advirtió además, que se hará una cuidadosa investigación de los hechos para deslindar responsabilidades, pero que no se deberá tolerar un “linchamiento” público de los involucrados.

DE NUEVO ASOMA el pasado de don Marcelo con aquel viejo asunto de Tláhuac cuando fungía como jefe de seguridad del Gobierno de AMLO, y en donde resultaron linchados y quemados varios policías por ciudadanos enardecidos por las tantas y variadas arbitrariedades policiacas que venían cometiendo en daño de los habitantes en aquella Delegación Política del D.F. En esa ocasión don Marcelo hizo todo lo posible para defender a los cuerpos policiacos que habían llevado hasta la desesperación a los ciudadanos de Tláhuac, como empujarlos hasta al linchamiento y cremación de los llamados servidores públicos.

DE LO QUE SÍ podemos estar seguros, es que los gobiernos en su conjunto esto es, a nivel federal, estatal y municipal, deberán aplicar recursos, tecnología y capacidad al problema de la inseguridad que crea el crimen organizado, pero también, a la inseguridad que generan los mismos cuerpos policiacos. Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que el “antro” funcionaba bajo la extorsión del jurídico y reglamentos de la Delegación Gustavo A. Madero, de otra manera hubiera sido imposible que funcionara. Lo más probable es que no dieron las “mordidas” de las semanas anteriores, lo que desató finalmente el acto policiaco con las lamentables consecuencias.

EL CASO DEL ANTRO se olvidará en unos pocos días y en cuanto salga de los medios impresos y electrónicos; pero la extorsión y prepotencia que practican a plenitud los cuerpos policiacos en perjuicio de las clases más pobres del país, seguirá silenciosa corroyendo ese primer contacto que el ciudadano común y corriente tiene con la autoridad: su Policía.

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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