Una persona alcoholizada pierde el sentido del equilibrio y la sensibilidad.
El excesivo consumo de alcohol convierte a las personas en bombas de tiempo, que estallan y arruinan las celebraciones y la vida misma.
El puente Lupe Reyes comienza y la cadena de festejos puede ser del todo placentera o una larga pesadilla. Un asunto que suele marcar la diferencia es la moderación a la hora de consumir bebidas alcohólicas, que son la causa de incontables situaciones de peligro.
Expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierten que beber exageradamente pone en riesgo la vida, ya sea por daños a nivel hepático o bien por las secuelas de acciones y sucesos desmedidos.
El doctor Alfonso Asiaín Soni cuenta que las lesiones asociadas al consumo de alcohol son en general heridas por armas blancas y de fuego, así como fracturas, en ocasiones múltiples, por accidentes automovilísticos.
En los días de fiesta, los ánimos se exaltan debido a que el alcohol inhibe en el cerebro los centros controladores de la conducta, por lo que potencialmente se pueden presentar situaciones de riñas.
Hay gente que asocia la reunión festiva con una obligación de beber en exceso, se olvida que en la embriaguez las personas sufren fracturas por colisiones de tránsito, los casos más complejos de atender en los servicios de urgencias son las múltiples, ya que éstas ponen en riesgo la vida.
Además, el experto advierte que los altos registros de alcohol en el organismo pueden complicar un diagnóstico oportuno, ya que por ejemplo, las afectaciones cráneo-encefálicas pueden ser producto de una contusión o bien por el exceso etílico en el cerebro.
Una persona alcoholizada pierde el sentido del equilibrio y la sensibilidad como consecuencia del daño que se sufre en el cerebro, de forma particular, en la región conocida como cerebelo, que es la que controla estas funciones.
Una persona bajo estos efectos no está calificada para manejar, ya que además de mermar su equilibrio, pierde su capacidad motriz, la cual se limita a nivel muscular.
En cuanto a las consecuencias a la salud por el consumo de bebidas adulteradas e, incluso, por las manufacturadas legalmente, los daños son de tipo hepático, informó la doctora Yolanda Zamorano Orozco.
Las bebidas piratas afectan más pronto al hígado, ya que se trata de productos elaborados con alcohol sin destilar, por lo que son más tóxicas y pueden ocasionar erosión en el estómago y esófago, poniendo en riesgo la vida del paciente. Los síntomas van desde dolor abdominal hasta sangrado del tubo digestivo.
