Las empresas inmobiliarias redoblan sus esfuerzos para integrar a sus catálogos productos y accesorios naturales.
El mobiliario orgánico cada vez aparece con mayor frecuencia en los aparadores de ventas debido a que está hecho con materiales no tóxicos, plásticos reciclados o maderas certificadas que contribuyen a la preservación de ambiente.
Para cuidar el mundo que nos rodea es indispensable evitar el desperdicio de recursos como la electricidad, el agua o el gas; así como separar la basura y depositar en contenedores especiales desechos como baterías.
Pero, ¿qué más podemos hacer por la preservación de la naturaleza desde nuestro hogar? Es aquí donde entran los muebles “ecológicos” y “orgánicos” como una alternativa novedosa que poco a poco acapara la atención de diseñadores y consumidores.
Y es que este tipo de accesorios no sólo ambientan cualquier estancia sino que están fabricados con materiales y procesos que reducen la tala ilegal de árboles, evitan gases contaminantes y aprovechan los elementos existentes.
Según las fuentes consultadas, el “eco-mobiliario”:
-Recurre a chapa de madera tratada para simular maderas exóticas y así no talar árboles tropicales.
-Incluye acero 100% reciclable.
-Sustituye el uso de lacas o pinturas tóxicas que puedan ser dañinas.
-Las prensas para laminar son calentadas con agua y no con aceite para alargar su vida y no producir desechos por reparaciones.
-Usa telas elaboradas a partir del aprovechamiento de desechos de otros textiles.
-Utiliza adhesivos no volátiles.
Mayor variedad
Aunque la tendencia inició en Europa, cada vez son más los países latinoamericanos que la han adoptando, destacando el caso de México.
La gente comienza a comprar muebles orgánicos porque desea que su casa sea un refugio alejado del mundo plástico y electrónico que encuentran todos los días en sus lugares de trabajo.
Es por casos como estos, que las empresas inmobiliarias redoblan sus esfuerzos para integrar a sus catálogos productos y accesorios naturales. Dicha elaboración no se limita a unas cuantas compañías familiares o artesanales, sino que abarca firmas nacionales e incluso trasnacionales.
Como parte de sus medidas de protección ambiental, dichos “corporativos verdes” además ofrecen su catálogo vía Internet y no en papel, y en sus fabricas sólo usan luz natural o recurren a celdas solares.
Al mismo tiempo, esta materia prima da un toque elegante y resiste el paso del tiempo.
Desafortunadamente, son pocas las personas que investigan sobre el origen de la madera con que fueron elaborados los muebles que acaban de adquirir.
Por esta razón, la organización ambientalista Greenpeace puso el ejemplo y produjo, en 2004, la primera silla presidencial certificada, elaborada con madera que cuenta con el sello Forest Stewardship Council (FSC).
La extracción de la materia prima que cuenta con esta certificación no daña al medio ambiente porque es obtenida en bosques o reservas especialmente destinadas para tal fin. Dichas hectáreas son reforestadas continuamente y no se afecta el resto de los espacios existentes.
Por medio de un etiquetado en la madera, se indica su aval, así como los antecedentes y aspectos ambientales de un producto o servicio en toda la cadena productiva: transporte, procesamiento y distribución, desde el bosque hasta el uso final.