Disparan contra las posiciones de las tropas terrestres de la Coalición, quienes respondieron al ataque.
Al menos doce supuestos talibanes han muerto durante una ofensiva aérea de las tropas de la coalición multinacional liderada por EU en la provincia de Nuristan, en el Este de Afganistán, informó ayer el mando militar estadounidense.
Según un comunicado, un grupo de insurgentes disparó ayer contra las posiciones de las tropas terrestres de la coalición, quienes respondieron al ataque con armas de fuego.
Los insurgentes entraron en dos vehículos para intentar huir del lugar y helicópteros militares lanzaron una ofensiva aérea en la que los automóviles quedaron completamente destruidos.
“El ataque de los helicópteros no alcanzó otros objetivos”, asegura la comandancia de EU en la nota.
Asimismo, el mando militar precisa que han recibido información a través de los medios de comunicación de que la operación ha causado víctimas civiles y añade que están en contacto con las autoridades del país.
Ayer por la mañana, una fuente oficial afgana informó de al menos 22 civiles, entre ellos una mujer y un niño, habían muerto en un bombardeo aéreo de las tropas de la coalición en Nuristan.
Según esta última fuente, un grupo de insurgentes atacó la base militar de la coalición en el distrito de Wanwegal y las tropas se defendieron de la ofensiva con un bombardeo aéreo que alcanzó dos vehículos en los que viajaban civiles.
Las tropas de la coalición liderada por EU, que actúan independientemente de las fuerzas de la OTAN, son fundamentalmente estadounidenses y están bajo mando directo de Washington, aunque entre sus filas también hay algunos soldados británicos y franceses, entre otros.
Los combates entre las fuerzas internacionales y afganas y la insurgencia talibán son constantes, en especial en el tercio meridional de Afganistán, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes.
En lo que va de año, más de mil 800 personas han muerto a causa de la violencia en Afganistán.
Mueren siete por estallido de artefacto
Siete personas murieron ayer y seis más resultaron heridas por el estallido de un artefacto que llevaba un adolescente de 14 años en la ciudad de Saada, al Noroeste de Sana, informaron fuentes de seguridad.
La detonación tuvo lugar en las proximidades de un complejo de instituciones gubernamentales.
La Policía sospecha que el joven podría ser un terrorista suicida que perpetró el atentado por órdenes de un grupo islamista llamado “Asamblea de los creyentes”.
La ciudad de Saada -240 kilómetros al Noroeste de la capital- es escenario desde 2004 de combates frecuentes entre este grupo también conocido como “hutistas”, por ser seguidores del líder shii Abdelmalek al Huti, con tropas del Gobierno.
En esta misma ciudad tuvo lugar otro sangriento atentado el pasado 2 de mayo, cuando una “moto-bomba” aparcada frente a una mezquita explotó y mató a 16 personas que salían de la mezquita, aunque no mató a un oficial de Policía también presente y que parecía ser el blanco del atentado.
Los hutistas son una rama del shiismo practicada solamente en Yemen, donde cuenta con cientos de miles de seguidores, que se enfrentan con frecuencia al Gobierno valiéndose de la enorme abundancia de armas existentes en este país montañoso donde la autoridad del Estado es muchas veces meramente teórica.