En el lugar no había recado póstumo y su familia asegura que no tuvo intenciones suicidas recientemente.
Una muerte accidental fue la que se provocó el menor de 13 años que maniobraba con una pistola en su casa y se disparó en el costado izquierdo del pecho. Los reportes recabados por el Ministerio Público no señalan indicios de que previamente el menor manifestara que quería terminar con su vida por lo que se descarta el suicidio.
Gerardo de 13 años, vivía en la colonia Valle Verde y resultó letalmente lesionado a las 20:50 horas, según el reporte que recibió la Cruz Roja que acudió a su domicilio para brindar los primeros auxilios, pero todo esfuerzo fue inútil.
En la agencia del Ministerio Público de delitos contra la Vida y la Salud de las Personas, a cargo de Herman Mier Acosta, se informó que el menor dio positivo a la prueba de radiosonato, es decir que tenía pólvora en su mano por haber accionado el arma. Los demás familiares resultaron negativos a la prueba.
El representante social indicó que por la posición del finado, de la pistola y la probable trayectoria de la bala, existe la mayor probabilidad de que el disparo fue accidental. En el lugar no había recado póstumo y su familia asegura que no tuvo intenciones suicidas en fechas recientes.
El dictamen del Servicio Médico Forense de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC), señalaba que el menor tenía “una herida producida por proyectil de arma de fuego con orificio de entrada en hemitórax izquierdo a la altura de la tetilla mismo lado sin orificio de salida”.
El reporte de Servicios Periciales indica que se recuperó en el lugar de los hechos “un arma de fuego de la marca Jennings-J-22, calibre 22, con un cargador con tres tiros hábiles, así como un casquillo y una ojiva percutidos.
Al momento de los hechos en la casa del menor estaba su hermana mayor Alejandra de 22 años, quien estaba en la planta baja y dijo ante las autoridades que “de repente se escuchó una detonación de arma de fuego y al subir a la recámara vi a mi hermano boca arriba sangrando en su cama y a su costado izquierdo una arma de fuego”.
La joven llamó de inmediato a la Cruz Roja y cuando los socorristas llegaron su hermano ya no tenía signos vitales. El Ministerio Público investiga la procedencia del arma y se logró saber que desde hace tiempo en la casa no vivía el padre del menor.
