Anabel Valencia, Alma Esquer y Andrea López son tres mineras de La Herradura, manejan estos gigantes camiones para realizar su trabajo.
En el área operativa de la mina La Herradura trabajan 40 mujeres.
En 1998, la mina La Herradura ha hecho una gran pauta en la historia de la minería en México: abre el mercado laboral a las mujeres que trabajan en la extracción del oro. De una plantilla laboral de 550 personas, 70 de ellas es personal femenino y 40 de ellas trabajan en el área operativa de la mina. La idea de tener personal femenino era poco común, pero lo puso en la práctica el ingeniero Míreles, gerente de la mina. Decidió probar suerte y darles la oportunidad para que manejaran enormes equipos.
Afortunadamente, este plan piloto abrió el camino no sólo a las sonorenses, sino a las mujeres de otras ciudades del país, ya que otras compañías mineras que operan en México han adoptado el modelo y han aceptado contratar personal femenino en las operaciones de extracción. En la visita hecha a esta mina, propiedad de Permont (Peñoles y Newmont), a lo lejos se observa, en el tajo abierto en donde se extrae oro, camiones que se mueven lentamente para subir una empinada pendiente.
Al subir a la superficie las dimensiones de los camiones cambian, ya que miden cerca de 5.8 metros de altura y transportan más de 120 toneladas de mineral. Montadas en estos equipos, Alma Esquer, Andrea López y Anabel Valencia son unas jóvenes sonorenses que anteriormente realizan tareas en tiendas comerciales y en la agricultura. Algunas de ellas cuentan ahora con 2 años de experiencia en trabajar a La Herradura, otras ya tienen 8 años de hacerlo. A lo lejos no se distingue si son hombres o mujeres quienes conducen estos enormes camiones, pero esto se sabe cuando se detienen y se les ve sus ojos maquillados, sus aretes y sus labios pintados. Luis Alonso Luna Bocanegra, jefe del área de minas de la compañía, dijo con orgullo que en 1998 él se encargo de tocar puertas e invitar a las mujeres de Caborca para que probaran suerte y trabajarán en la mina.
Encargado del área de capacitación hace 10 años, Luna Bocanegra se mostró orgulloso que en la mina a tajo abierto trabajen mujeres jóvenes, algunas de ellas casadas o que son madres solteras, y que han mostrado otras habilidades a las que tienen los hombres en el manejo y cuidado de las unidades. “Al principio la gente cuando vieron los equipos dijeron que no, se asustaron”, subrayó y agregó que fue necesario convencerlos de que era algo similar a conducir un automóvil. También, agregó, “fue algo complicado convencer a la gente, ya que pensaban que era una mina cerrada”. Recordó que la idea de contratar mujeres en la mina fue del gerente, el ingeniero Mireles, gracias a una visita que se hizo a las minas de plata del Perú.
Contando con 40 personas del sexo femenino de un total de 70 que laboran en la mina, el jefe del área de minas reconoció que la presencia de mujeres en las operaciones diarias “sí marca un cambio”. La ventaja es que hay un mayor orden, no tiene problemas de alcoholismo y poseen mayores habilidades en la perforación. “Nosotros hicimos la pauta, fuimos los primeros y otros siguen el mismo esquema de trabajo”. Luna Bocanegra manifestó que el personal femenino tiene un mayor cuidado con el equipo y genera un ambiente de respeto en el trabajo.
Y YA NO SON CELOSAS
Desde 1998 a la fecha, las minas en México han dejado de ser celosas del personal femenino. Las historias de los mineros relatan que la mina es una mujer muy celosa, motivo por el cual siempre se había evitado por muchos siglos que bajará personas del sexo femenino a las profundidades de la mina, ya que existía el temor de no volver a encontrar nuevas y ricas vetas de mineral.
Sin embargo, esto tal parece que no es más un mito, ya que la mina La Herradura prolonga por otros 8 años más la vida productiva para continuar extrayendo oro de sus cerros hasta el 2016. Alma Esquer Murillo es una operadora de 23 años de un camión que mide casi 6 metros de alto. Diariamente realiza 20 cargas de más de 120 toneladas del mineral, cada uno.
La joven mamá de Mariana Carolina de 6 años de edad, confesó que anteriormente trabajo en varias tiendas de la ciudad y en el campo, sin embargo dijo que “estoy muy a gusto, me gusta el ambiente de trabajo”. Con dos años de estar manejando estos enormes camiones, Esquer Murillo aseguró que “aquí nos dan muchas oportunidades a las mujeres para trabajar”. Por su parte, Andrea Sugey López, operadora de rotaria, maquina encargada de hacer las perforaciones para colocar los explosivos, tiene 8 años de experiencia en su puesto, comenzó a laborar en el año 2000. Para su buena suerte, López encontró a su pareja ideal y se caso con Héctor Ruiz. Con dos años de casada, comentó que “no es difícil (el trabajo), te vas acostumbrando a las actividades”.
Al igual que su compañera Esquer Murillo, manifestó que es una gran oportunidad trabajar en esta mina, sobre todo si esto ha servido para abrirle las puertas a otras mujeres de otras ciudades. Anabel Valencia tiene 28 años de edad. Ella es operadora de camiones y rotaria desde hace 10 años.
Confesó que “se miraba difícil, nunca había manejado un camión ni nada”. Ella tuvo que tomar una capacitación de 3 meses para poder controlar este gran camión.
Casada y con 3 niños (Cristian, Michael y Daniel), ella se organiza para poder atender todas sus obligaciones con el apoyo de su familia. Las historias de mujeres que han vencido el temor de los mineros de no encontrar nuevas vetas de oro, plata o plomo tal parece que son cosas del pasado, ya que la minería ha permitido darle al personal femenino una oportunidad de empleo.
