CAMBIO. Los jóvenes ahora se dedican a graffitear murales y no las bardas.
La dirección de Cultura del ejido Coyote, en Matamoros organizó la pinta de murales abajo de un puente, cada mes, para así evitar que los muchachos anden rayando las paredes.
Los controlaron
“Los muchachos necesitan un lugar en donde poder plasmar sus sentimientos”, dijo Jaime Hernández Rivera, titular de cultura. Señaló que se les dio un espacio a los muchachos abajo del puente del ejido el Cuije y la entrada al ejido Coyote del mismo municipio para que ya no hicieran más desmanes en las paredes de las casas. El titular señaló que los muchachos han dejado de graffitear porque el dinero que gastaban en esas latas, ahora lo usan para comprar las de los colores de los diseños que van a realizar en su mural. Añadió que están haciendo actividades deportivas para distraerlos.