Uno de los primeros éxitos en la carrera por la Casa Blanca fue I got a Crush on Obama (Estoy loca por Obama), que despliega una canción pop en la que una chica canta los atributos de su candidato. (Archivo)
Una parte clave de la disputa por ganar los medios se ha trasladado a Internet, convertida en una
poderosa herramienta para transmitir mensajes en forma vertiginosa
La campaña por la Presidencia de Estados Unidos se disputa en varios escenarios y pistas y algunas de ellas no son políticas, sino musicales.
Una parte clave de la disputa por ganar los medios se ha trasladado a Internet, convertida en una poderosa herramienta para transmitir mensajes en forma vertiginosa. Por la Red circulan no sólo cartas y mails panfletarios, sino baladas que por igual glorifican y denostan, santifican y ridiculizan a los candidatos.
Barack Obama posee un himno de campaña llamado Hip-hop por Obama, que al ritmo de esa música dispara frases del candidato sobre la esperanza y la hora del cambio en los Estados Unidos. Uno de los raperos más afamados del país le dedicó una canción que se convirtió en un éxito.
También han sido producidas varias canciones y videomusicales de campaña sobre Hillary Clinton, algunas ingeniosas y con una buena dosis de intención política, y otras que con franqueza son desafortunadas.
La pista por la que corren los temas musicales de la campaña es por supuesto YouTube, la página Web a través de la cual millones de usuarios en todo el mundo pueden bajar a sus computadoras, ver y compartir videoclips.
Si uno se asoma a esa gigantesca ventana de videoclips puede encontrar una extensa lista de temas de campaña. Uno de los primeros éxitos fue I got a Crush on Obama (Estoy loca por Obama), que despliega una canción pop un tanto cursi en la que una chica vuelve loca a su oficina cantando los atributos de su candidato.
El videoclip se convirtió en un fenómeno que hizo girar los cuellos de los asesores de comunicación de otras campañas hacia YouTube para competir en el mundo de la política musical: hasta los primeros días de enero pasado había sido visto nada menos que 5 millones 300 mil ocasiones.
Luego llegó Hot 4 Hill, un videoclip de respuesta que presenta a Taryn Southern, una belleza surgida de American Idol cantando una balada algunos de cuyos fragmentos dice: “Hillary creo que te quiero/ Hillary creo que te necesito/Hillary me gusta tu cabello y los jeans que usas/podría ser tu sirvienta/tu asistente en la Casa Blanca”. Ese himno de campaña por Hillary ha sido visto cerca de 1 millón de ocasiones n YouTube.
El rapero Common lanzó hace algunos meses el sencillo The People, una de cuyas partes dice: “Mi rap enciende a la gente igual que Obama”.
PAPEL DETERMINANTE
La música ha jugado un papel determinante en algunos momentos de campañas pasadas. En 1992, el cantante de rap y hip-hop y activista político Sister Souljah fue citado en una entrevista de The Washington Post con una frase: “¿Si la gente negra mata gente negra cada semana, por qué no tenemos una semana dedicada a matar gente blanca?
Clinton atacó a Sister Souljah, un artista negro, criticando su posición extremista. El candidato fue criticado por activistas afroamericanos, pero esa declaración le ganó adeptos en los electores identificados como centristas, en un momento clave en el que se aproximaba la elección general.
Así que la música es una vieja protagonista en las campañas por la Presidencia de los Estados Unidos, un territorio en el que han irrumpido famosos artistas, cantantes, fanáticos y asesores de los candidatos para atraer votantes. Lo que es muy diferente es la monstruosa dimensión de los auditorios que ahora es posible alcanzar, utilizando sitios en Internet como YouTube, Facebook y MySpace.