El español Rafael Nadal dijo que estuvo 'casi perfecto' en su victoria ante el chileno Fernando González en la final del tenis olímpico, pero agregó que todavía puede mejorar algunas cosas, como hizo su ídolo Roger Federer. (Fotografías de AP)
¿Hay algo que Rafael Nadal no pueda ganar este año? El tenista español lleva tres de los cinco torneos más prestigiosos del mundo, Roland Garros, Wimbledon y ahora, los Juegos Olímpicos.
Nadal derrotó en tres sets al chileno Fernando González, quien llegaba a los Juegos de Beijing motivado, pero que ante el arrollador paso del español se quedó sin opciones y sucumbió 6-3, 7-6 y 6-3.
Con esta victoria el español sumó puntos para el ránking mundial y este lunes llegará de manera oficial al número uno, desbancando al suizo Roger Federer, quien permaneció en la cima por cuatro años y medio.
“Mejor imposible para mí todo lo que me está pasando es un sueño, a partir de ahora me queda disfrutar este título porque sé que también pueden venir momentos difíciles”, afirmó el tenista español en la zona mixta.
Elementos del comité organizador de los Juegos Olímpicos habían montado guardia y acordonado el área, pero no para evitar que periodistas sin acreditar quisieran colarse, sino para prevenir que las voluntarias de los Juegos invadieran el área con el afán de conseguir un autógrafo del tenista español.
Aunque pudieron prevenir que las aficionadas se colaran no tuvieron éxito ante la impredecible reacción de dos reporteras de diferentes cadenas televisivas españolas, quienes después de las entrevistas por poco terminan golpeándose, debido a que una intentó arrebatarle el micrófono a la otra para que no siguiera con su entrevista.
Pero no sólo en la zona mixta fue objeto de pasiones encontradas. El español llevó a los asistentes a la final por la medalla de oro, en un viaje de adrenalina, incluyendo a los comentaristas que se encontraban en los palcos.
Durante el segundo set, en el que González amenazaba con aventajar a Rafael para intentar nivelar el juego, un comentarista deportivo en el apasionamiento de su narración comenzó a gritar en lugar de narrar, al mismo tiempo que se ponía de pie.
Ante las reclamaciones de sus compañeros bajó la voz, pero no tomó asiento sino hasta que el set finalizó.
Por el bien del comentarista y de los miles de aficionados ahí congregados, Nadal logró recuperar el ritmo que llevaba en el primer set, que cerró en 37 minutos, para empujar al chileno a una muerte súbita y ahí ganarle el segundo set.
González había logrado poner al español contra las cuerdas con un marcador de 6-5 y a un sólo punto de ganar el juego que le daría el set, pero Nadal se repuso de un 40-15 y en la muerte súbita dominó a su rival.
Para el tercer y definitivo episodio, Nadal salió a cerrar con fuerza, sin otorgar muchas concesiones al chileno. Nadal se convertía en el primer español en ganar oro en el tenis.
