La ciudad italiana de Nápoles enfrenta una fuerte crisis ambiental porque más de dos mil toneladas de basura se encuentran en las calles o en los camiones recolectores debido a la falta de lugares para depositar los desechos.
Las autoridades informaron que sólo durante la madrugada de ayer fueron apagados unos cien incendios de basura en toda la ciudad, provocados por ciudadanos inconformes con esa situación que se ha repetido varias ocasiones en los últimos meses.
Además, decenas de personas bloqueaon el acceso a un ex tiradero de desechos que había sido cerrado en 1996, pero que fue reabierto ante esta emergencia.
La Policía confirmó que los manifestantes, que habitan en la zona y que no quieren sufrir las molestias de tener un basurero como vecino, incendiaron un autobús y cerraron carreteras.
Ante la crisis, la Comisión Europea amenazó el miércoles con sanciones a Italia por el incumplimiento de las normativas europeas sobre el manejo de los desechos.
“Seguimos muy de cerca la situación, en los próximos días evaluaremos si es necesario tomar nuevas decisiones y adoptar nuevas medidas”, declaró Barbara Helfferich, portavoz del comisario europeo para el Medio Ambiente, Stravos Dimas.
En junio pasado la Comisión Europea había ya iniciado un procedimiento de infracción contra Italia y había dado de plazo hasta finales de diciembre para que el Gobierno pusiera en práctica un decreto en materia de desechos.