Esta vez Vicente Matías Vuoso no pudo anotar para ayudar a su equipo e ir en busca del título de goleo individual
Los Guerreros dejaron vivir a un inofensivo pero efectivo Rayos del Necaxa, quienes a cinco minutos del final los empató a un gol, en un caluroso partido celebrado sobre la cancha del Corona, en la antepenúltima fecha del Clausura 2008.
Tras la igualada los albiverdes están casi calificados a la fiesta grande del futbol mexicano, boleto que matemáticamente buscarán asegurar la próxima semana ante unos desesperados Tigres, que todavía peligran en la tabla del descenso.
El encuentro, que comenzó a una temperatura de los 37 grados centígrados y que concluyó con más de 40, obligó acertadamente al silbante central Germán Arredondo detener el encuentro al minuto 29 de cada tiempo por espacio de 60 segundos, para que los jugadores y el mismo cuerpo arbitral se hidrataran ante el extremoso clima lagunero.
Los Hidrorrayos, que fueron pacientes a pesar de ir en desventaja en el marcador y con la adversidad del clima, aprovecharon la única opción clara que tuvieron en el encuentro para terminar invictos en la campaña en calidad de visitantes.
El conjunto lagunero había dejado ir acciones de gol al arranque del cotejo. En primera instancia un centro de Vuoso no pudo ser rematado y luego Arce quiso disparar pero en el último momento se arrepintió al optar por centrar y el balón se fue lejos del marco defendido por el “Gato” Ortiz.
Rafa Figueroa tuvo una inmejorable oportunidad para anotar, pero disparó desviado cuando sólo era cuestión de empujar la pelota en el área chica. Los albiverdes, ya con la ventaja en los cartones, sobrellevaron el encuentro ante unos hidrocálidos que mantenían a Hugo Rodallega como único delantero fijo en el casi nulo ataque.
Ya para la parte complementaria, el público enloqueció cuando vio a Daniel Ludueña pararse a calentar junto al resto de sus compañeros, al mismo tiempo que se daba la primera llegada del Necaxa mediante un tibio disparo lejano a la portería por parte de Ángel Reyna. En contraparte los laguneros buscaban posesionarse del balón en el medio campo, con el mejor jugador de ayer como lo fue el “Chato” Rodríguez.
El nazareno no marcó una dudosa mano de Rafa Figueroa, ya que consideró que el balón fue al brazo del zaguero comarcano. La única intervención que tuvo Oswaldo Sánchez fue después de un cabezazo de Fabiano Pereira al minuto 71, mientras que Édgar Castillo no pesó como antes en la banda izquierda al fallar el último toque.
Por lo que respecta al tico Solís, el centroamericano estuvo cerca de marcar, pero le marcaron fuera de lugar que nunca existió. El costarricense que fue parte de los cambios “ofensivos” ordenados por Salvador Reyes junior, rindió frutos cuando apareció por sorpresa en la recta final del choque en un hervidero Estadio Corona.
