Agustín Carstens, secretario de Hacienda enfatizó que no existe una crisis de empleo en el país.
Buscarán orientar el presupuesto a la generación de empleos
El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, rechazó que el país se encuentre en una crisis de empleo después de que ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelara que la tasa de desocupación ascendió a un millón 909 mil 728 personas en el tercer trimestre del año.
En entrevista, el funcionario explicó que el ritmo de desaceleración económica ha sido importante y ha ocasionado que el desempleo aumente, no obstante enfatizó que el una de las medidas que llevará a cabo el gobierno consiste en orientar el presupuesto a actividades que generen empleos.
El encargado de las finanzas públicas del país calculó que la generación de más puestos laborales dependerá de lo que suceda con la actividad en el sector privado, y estimó que podrían crearse entre 300 y 400 mil fuentes laborales.
Comentó que se tiene un rezago histórico en la creación de empleos y “ésta es la preocupación más importante del gobierno, no es un fenómeno exclusivo de México y en términos comparativos con otros países no nos ha ido tan mal”, dijo.
Añadió que se están sentando las bases para que en cuanto el ciclo económico se corrija se puedan crear más trabajos formales de manera sostenida, y ello también dependerá –detalló- del crecimiento del país, que en estos momentos se prevé de 1.8 por ciento, mientras que el cambio del dólar se estima en 11.70 pesos.
A pregunta expresa de que si ya pasó lo peor de la crisis, y después de un silencio prolongado, Carstens comentó que “ahora que estemos en Washington (en la cumbre del Grupo de los 20 este fin de semana) veremos, le mediremos el agua a los tamales”.
El titular de Hacienda consideró que se ha avanzado desde el punto de vista de la crisis financiera internacional, y lo comparó con el proceso de digestión, sin embargo, reconoció que el impacto de esa crisis sobre el sector real de la economía permanecerá.
Ante la insistencia al funcionario sobre si ya pasó lo peor de la crisis, Carstens enfatizó que se ha cruzado una etapa de la crisis que en el corto plazo no es tan favorable, pero “esperemos que a finales del año entrante ya estemos viendo mucho más claro”, previó.
Ejemplificó con términos médicos como si se tratara de un paciente que tiene un infarto y que tiene además un problema en la vesícula.
“Este paciente del infarto ya se estabilizó y no se va a morir, pero de todas maneras todavía tiene problemas en la vesícula y espera que no se vaya a morir de eso, del infarto sí podría, pero la parte más urgente ya se superó, aunque todavía hay otros problemas, pero se le irán atendiendo con el tiempo”, dijo.
Recesión prolongada
La firma de asesoría KPMG previó que la crisis en México durará hasta 2010 y se ha reflejado en una baja en ingresos, alza de costos y pérdida de rentabilidad de las empresas.
Al presentar los resultados de la encuesta “Impacto de la Crisis en México”, directivos de la empresa informaron que ante la profundidad de la crisis internacional actual la economía mexicana tardará en recuperarse, pues para 2009 se anticipa un crecimiento de alrededor de uno por ciento.
La encuesta realizada a más de 600 directivos de pequeñas y medianas y grandes empresas reveló que entre las medidas que las compañías están tomando ante el escenario actual están la de reducir costos, fortalecer el control interno, reestructuras financieras, así como desinversiones y despidos.
En este sentido, el director nacional comercial de KPMG en México, Francois Marchand, precisó que aunque las empresas tratan de cuidar el empleo, los despidos son una posibilidad latente para enfrentar la crisis, pues además se cree que la mayor consecuencia en el mercado mexicano será la pérdida de fuentes de trabajo.
El socio a cargo de la práctica de servicios de asesoría en riesgos de KPMG en México, Roberto Cabrera, recomendó a las empresas que ante la situación de crisis conserven el valor de sus productos y servicios, un manejo adecuado de liquidez y, de requerirse, recurran a fusiones y adquisiciones, entre otras acciones.
Los directivos resaltaron que aunque los empresarios participantes en la encuesta aplicada del 29 de octubre al 7 de noviembre pasado tienen una percepción negativa sobre la situación del país, también observan oportunidades de desarrollo.