Rodrigo Pimentel Aguilera, presidente del Consejo de Vigilancia de la Sierra y Cañón de Jimulco, reconoció que él visitó las oficinas de Biodesert acompañado por un grupo de 30 personas, con el objetivo de pedirle a Gerardo Jiménez que deje de mentir en cuanto a que la asociación de ejidatarios está de acuerdo con ellos, pues aseguró que no es así.
Como se informó ayer, integrantes de la asociación civil Biodesert interpusieron una denuncia penal en contra de este grupo, en el que se incluye a Alfonso y Arturo Orona, por allanamiento y destrozos a sus oficinas, así como agresiones a las cuatro personas del organismo que se encontraban laborando en el momento de la irrupción.
Pimentel, en compañía de Arturo y Alfonso Orona, manifestó que Jiménez se alteró y dio un manotazo a una de sus compañeras, por lo que “nosotros sólo respondimos la agresión”. Los Orona, por su parte, reconocieron que estuvieron ahí, pero aseguraron que sólo fueron testigos y que no agredieron.
Gerardo Jiménez, consejero presidente de Biodesert rechazó lo anterior y dijo que hubo jaloneos y provocaciones directas de parte del grupo, además de que la señora en mención llevaba una bolsa con huevos podridos que lanzaba a los empleados y a las oficinas.
Según Biodesert, no es la primera denuncia en contra de dicho grupo, pues ya el ejido La Flor los demandó porque rompieron los sellos de la biblioteca de la comunidad y sustrajeron equipo propiedad de este organismo y del Municipio.
Al respecto, Pimentel Aguilera dijo que el ejido no puede denunciarse a sí mismo y que fueron los mismos ejidatarios los que quitaron las cerraduras y rompieron los candados que puso Biodesert y entraron a la biblioteca, que es propiedad de la comunidad rural.
“Queremos que salga Biodesert, que se respete la Ley Agraria, de acuerdo a la cual, la máxima autoridad es la asamblea”, manifestó.
