Durango

Niño murió por jugar con un barreno

La inocencia de los niños puede ocasionar que caigan en juegos imprudentes que en algunos casos pueden costarles la vida.

La inocencia de los niños puede ocasionar que caigan en juegos imprudentes que en algunos casos pueden costarles la vida.

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Le puso un tornillo al explosivo, al detonar le golpeó la cabeza y le produjo traumatismo severo de cráneo, del que ya no se pudo recuperar. Falleció la noche del miércoles.

Durango. La imprudencia y la ignorancia de Édgar Soto Bustamante le costaron la vida. La noche del miércoles en una de las salas del Hospital General falleció a causa de traumatismo severo de cráneo ya que le introdujo un tornillo a uno de los petardos que estaba detonando, el artefacto le impactó en la cabeza quitándole la vida a los ocho años de edad.

¿Juego inocente? La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que los hechos sucedieron en el poblado de Puentecillas, del municipio de San Dimas; Samuel Soto Estrada, de 35 años de edad y padre de Édgar, explicó que el pasado 26 de octubre su hijo se encontró unos barrenos de pólvora con los que se puso a jugar. Pero el modo de diversión que encontró fue colocarles un tornillo para luego explotarlos, así pasaron varios minutos sin que los adultos se percataran del peligroso entretenimiento.

Lesión mortal. En una de esas detonaciones el tornillo salió volando como proyectil e impactó directamente la cabeza de Édgar, dejándolo inconsciente y tirado en el suelo. Para su atención médica se consideró prudente trasladarlo a la ciudad de Durango e internarlo en el Hospital General, donde los médicos hicieron todo lo posible por darle los cuidados necesarios pues presentaba traumatismo severo de cráneo; pero la noche del miércoles se confirmó su deceso.

El Servicio Médico Forense (Semefo) le practicó al menor la necropsia y confirmó que su muerte se debía a las lesiones que presentaba, las que lo mantuvieron por tres días debatiéndose entre la vida y la muerte, hasta que expiró.

El Siglo de Durango

Los adultos tampoco se salvan de accidentes

Durango. Apenas el jueves El Siglo de Durango dio a conocer el caso de un quincuagenario que perdió la mitad de un dedo por estar jugando con este tipo de explosivos. Se trata de Rodolfo Solís, de 55 años de edad, quien la noche del martes se divertía detonando petardos a las afueras de su casa, ubicada en el fraccionamiento Villas del Guadiana II, sólo que uno de los barrenos tenía la mecha demasiado corta y no alcanzó a lanzarlo por lo que prácticamente le explotó en la mano, volándole el dedo medio de la mano izquierda.

(datos)

Édgar Soto Bustamante, de ocho años de edad, se encontró con unos barrenos y se puso a jugar con ellos detonándolos.

El menor tenía su domicilio en el poblado de Puentecillas, perteneciente al municipio de San Dimas, ahí explotaba los barrenos.

El modo que encontró Édgar Soto para divertirse fue incrustarle un tornillo a los barrenos y luego hacerlos detonar.

Un una de esas explosiones el tornillo salió volando como proyectil y le impactó la cabeza, causándole traumatismo de cráneo.

Luego de este accidente, Édgar quedó tendido y los padres decidieron trasladarlo al Hospital General de la capital del estado.

La noche del miércoles se registró su deceso, el Servicio Médico Forense confirmó que fue por las lesiones que ya tenía registradas.

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