Un niño de 11 años salvó su propia vida al morder a un perro de la raza pit bull que lo atacó y que ya tenía encajado sus colmillos en el brazo del menor.
“Yo lo agarré por el cuello y lo mordí”, afirmó el menor, que en la pelea terminó perdiendo un diente y que tuvo que ser llevado a un centro médico en donde le cosieron la herida en el brazo con cuatro puntos.
“Los dos estaban prácticamente en una lucha corporal: el niño y el perro. Cuando vimos, saltamos el muro para intentar ayudarlo. Conseguimos separarlos con dificultades”, relató el obrero Gilberto Pereira, que trabajaba en obras en una casa vecina y fue el primero en socorrer a la víctima.
El insólito hecho ocurrió en la casa del tío de la víctima en Savará, municipio del estado brasileño de Minas Gerais (Sureste de Brasil). Según los familiares del menor, el perro de 6 años, pese a ser de una raza que tiene fama de feroz, era muy manso y estaba acostumbrado a jugar con el menor.
Los padres del niño creen que su rápida reacción impidió una tragedia debido a que el animal pudo haberlo atacado por el cuello y provocado su muerte. El perro fue trasladado al Centro de Control de Zoonosis de Sabará, en donde permanecerá diez días bajo observación y será sometido a exámenes antes de que se decida si será sacrificado o no.
Según datos de la Fundación Nacional de Salud, en Brasil se registran más de 418 mil ataques de perros al año, y en el 70 por ciento de los casos los animales pertenecen a la propia familia de la víctima.