“Se ha ido abatiendo el problema de las ladrilleras”. María del Socorro Guzmán, directora de la Escuela Francisco Villa
El Siglo de Durango
Los más puros y nobles sentimientos de amistad se pueden encontrar durante la edad escolar, sin embargo, algo que no está puro al menos para los niños de la Escuela Primaria Francisco Villa es el ambiente que se respira en este centro escolar, el motivo: La operación de algunas ladrilleras a unos cuantos metros del lugar.
No puedo respirar, afirma el menor Brandon Ferman Carrillo, quien cursa el cuarto año de primaria en esta escuela y para quien se ha vuelto una pesadilla asistir a clase, pues siente el humo en la garganta de los obrajeros que trabajan a corta distancia.
Como lo demuestra cuando se toca el pecho y manifiesta la problemática que se tiene en la zona donde se construye un Hospital de Alta Especialidad.
PENDIENTE
El tema de las ladrilleras es un asunto que está pendiente de resolver por parte de las autoridades municipales, mientras tanto los niños tendrán que seguir soportando la contaminación que afecta principalmente a los niños.
Manuel Sánchez, padre de familia y trabajador migrante, menciona que las ladrilleras que trabajan en la esquina que forman el bulevar De las Rosas y Libramiento San Ignacio ocasionan que los niños que asisten a la escuela tengan serios problemas de salud, principalmente asma.
En esta temporada de frío se agudiza el problema, sin embargo, se tiene que soportar el humo que se produce con la elaboración de tabiques.
La existencia de este tipo de actividad en el sector nororiente origina múltiples problemas como el hecho de que se ensucie la ropa y los pulmones de los menores, asegura Iliana Carrillo.