El Vía Crucis Infantil es una tradición en el Barrio de Analco.
Es el primer año que Ángeles participa en la representación del Vía Crucis de Jesús, y a pesar de sus tres años lo hace muy bien. Ella junto con otros 25 niños recuerdan el sacrificio de Cristo y dan un ejemplo a la sociedad del verdadero significado de la Semana Santa.
El Vía Crucis Infantil es una costumbre desde hace 12 años en el Barrio de Analco, cuando el padre Víctor Manuel Solís lo instituyó como tal. Sarely Landeros Rodarte es la encargada de la organización del evento desde hace seis años.
Los vecinos del mencionado barrio colaboran durante el Vía Crucis ofreciendo agua a los niños que escenifican las estaciones, ya que el sol y el permanecer largo tiempo en la misma posición los desgasta físicamente, y a pesar de ello los niños demuestran gran disciplina.
INQUIETOS
“Son niños, y son muy inquietos, pero el viernes (Viernes Santo) se desenvuelven muy bien, con mucho orden, para demostrar su fervor ante los espectadores”, asegura Sarely mientras da instrucciones durante el ensayo general.
Gustavo, quien representa a Cristo, asegura que ya ha participado otros años en el Vía Crucis y que le gusta mucho escenificarlo “porque estas vacaciones no son sólo de paseo, también hay que recordar el sacrificio que hizo Jesús por nosotros”.
De acuerdo con Sarely, es importante que los niños conozcan el significado de la Semana Santa y se les inculquen los valores morales y religiosos desde pequeños y “qué mejor que la Iglesia para que los conozcan y se formen íntegramente”.
Ángeles está exhausta para la sexta estación, pero no se mueve de su lugar y hace señas a su mamá para que le acerque agua para tomar. Como ella, los demás niños soportan el fuerte sol con el único objetivo de recordar el sacrificio de Cristo y compartir su fervor con todo aquel que esté dispuesto a escuchar y observar.
