En esta camioneta quedaron los cuerpos de Ricalday y del “Meny” en el libramiento San Ignacio.
Adversidades
A un año de que fueron ejecutados Luis Ricalday y Manuel Santacruz, ambos agentes de la Procuraduría estatal, sus deudos platican la difícil situación que han vivido.
Durango. La tarde del 24 de octubre del año pasado cuando el recién nombrado comandante operativo Luis Ricalday Vargas y su compañero Manuel Alberto Santacruz Gutiérrez, de 51 y 38 años, respectivamente, iban circulando por el libramiento San Ignacio, fueron rafagueados con “cuernos de chivo” quedando sin vida en el lugar de los hechos; a un año de su muerte sus viudas comentaron sobre la difícil situación que han pasado al perder a su marido.
Tuvieron que esperar ocho largos meses para que les entregaran la pensión que por ley les correspondía, pero a pesar de todo la cantidad que reciben no les es suficiente para mantener a sus familias.
Ivonne y Lorena, viudas del “Meny” y Ricalday, quienes fueron ejecutados en el cumplimiento de su deber hace más de un año, coinciden en que no es fácil sacar adelante a su familia tras el deceso de sus cónyuges, pues con la pensión que les dieron no completan para darles estudio a sus hijos.
Se ha hecho más fuerte. Ivonne, quien con su trabajo ha podido sacar adelante a sus dos hijas, de 21 y 18 años de edad, comentó que ella recibió mucho apoyo por parte de sus padres para no “caerse” ante el terrible deceso de su esposo, en cuanto pudo, después de aquel 24 de octubre del 2007, se incorporó a sus actividades laborales para que le sirviera como una terapia ocupacional y contagiar a sus hijas con su fortaleza.
“En lo primero que pensé fue en mis hijas, yo sabía que si me ‘caía’ ellas también se iban a poner mal y no íbamos a soportar la muerte de ‘Meny’, por eso hablé con ellas y les dije que la vida sigue y que teníamos que salir adelante, que contaban conmigo para superar la situación”, explicó Ivonne.
Agregó que estando trabajando en la Procuraduría General de Justicia ha recibido muchos cursos de superación personal y de liderazgo y que éstos le han ayudado y permitido sacar adelante a sus hijas.
A pesar de las adversidades, Ivonne logró aceptar los designios de Dios y se ha hecho más responsable y más fuerte, pues asegura que no tenía de otra, era luchar por su estabilidad y la de sus hijas o deprimirse y quedarse estancada.
Finalizó diciendo que ha recibido mucho apoyo por parte de sus compañeros de la Procuraduría que en todo momento estuvieron presentes para lo que necesitara y hasta la fecha recibe muestras de solidaridad que la hacen salir adelante.
“Era todo para nosotros”. Por otra parte, Lorena al perder a su esposo Luis Ricalday no ha podido encontrar la estabilidad, tanto ella como sus hijas están inmersas en una terrible depresión, pues comenta que su esposo era todo para ella y sus dos hijas de 15 y 13 años y para su bebé de cinco.
“No me siento bien, hay ocasiones en que pienso en que todo fue una pesadilla y que pronto va a regresar Luis con nosotros”, agregó Lorena.
Además comentó que esta situación ha sido difícil al no contar con el apoyo directo de su familia, pues tanto sus padres como sus siete hermanos radican en la Unión Americana y no le es fácil visitarlos constantemente.
Dijo que las personas que apreciaban a su esposo la han estado apoyando anímicamente y por eso tiene momentos de bienestar pero que aún así no ha logrado superar el deceso de su pareja.
Al final agregó que la pensión que está recibiendo no le es suficiente para mantener a sus hijos pues es una cantidad más baja de la que ganaba su esposo cuando trabajaba.
Crímenes sin resolver
Durango. Así como los homicidios de Luis Ricalday y Manuel Santacruz, hay una veintena de crímenes en agravio de agentes de la Procuraduría General de Justicia de los que no se ha informado sobre su esclarecimiento ni los avances de la averiguación siendo un peso más para las viudas de los agentes caídos en el cumplimiento de su deber ya que a pesar de todas las adversidades que sufren llevan un sentimiento clavado al saber que no se ha hecho justicia.