Cuando oye hablar del Virrey, Rubén Omar Romano imagina otro escenario e incluso pregunta ¿de quién se trata? “Decime de Bianchi, no del Virrey. No sé si es el rey de España o qué”, responde el técnico del América, a quien los rumores sobre el interés del club por dicho personaje le juegan una mala pasada.
“No me preocupa, para nada. Ya te dije que la directiva y el dueño tienen derecho de moverse y manejar las cosas. Yo estoy enfocado en la Libertadores y en terminar estos dos partidos. Después el dueño decidirá qué va a pasar”, agrega Romano.
“Si la institución cree que soy el indicado para la reestructuración del equipo, adelante, porque para eso vine, para trabajar y armar un equipo”, predica el estratega argentino.
—¿De qué depende el voto de confianza a tu trabajo?
—No, yo no miro el futuro, sino el presente y mi presente es Flamengo, el miércoles que viene.
Y resalta: “No tengo ningún espacio, el único que tengo es Flamengo. Tengo confianza y fe de pasar y seguir avanzando”.
Incluso, “no dije en vano que vamos a tirarnos por todo, lo digo con claridad, porque el equipo está mucho más definido en lo que busca, mentalmente preparado y con capacidad para poder pasar”.
Rubén adopta resignación y ansiedad en el tema de los refuerzos que no llegan. Varias circunstancias aparecen en torno al asunto y aún no sabe si podrá contar con uno, tres o ninguno, sin margen para trabajar con ellos, pero con la única garantía de que quienes acepten serán titulares en el 11 americanista que compita en Copa Libertadores.
“Si los llegamos a tener será el domingo en la noche, durante la concentración”, calcula Romano. “Son titulares, no tengan ninguna duda, porque los que estoy buscando son jugadores que tienen una idea a lo que yo pretendo y que se pueden adaptar rápidamente con un par de entrenamientos”.
Dentro de las múltiples complicaciones surge otro detalle. “Hay jugadores que no te los prestan, te los venden. De pronto quieren aprovecharse”, lamenta.
“Se están pidiendo jugadores prestados para solucionar esto de la Libertadores. Después los jugadores regresarán a sus clubes, salvo que quieran venderlos y puede haber una opción. No ha habido problemas con otros equipos, no sé por qué ahora”.
El asunto de Darío Verón es diferente, porque al menos a él sí le interesa la adquisición, “por supuesto, si estoy a cargo del equipo la próxima temporada”, aclara Rubén.
El director técnico americanista percibe un celo de los demás clubes hacia ellos, incluidos sus “hermanitos” del Necaxa, quienes jugaron con unos pollos para calentar el juego y se negaron a cambiar la fecha del encuentro, lo cual es anormal.
“Sí me molesta un poco, porque a ellos no les perjudicaba en nada y a nosotros nos darían un día para programar a nuestros refuerzos, pero cada quien ve sus intereses”.
