El Nóbel García Márquez, junto a un Carlos Fuentes sonriente que agradeció el apoyo silencioso de su compatriota de las tierras literarias de la FIL.
A pesar de que no pronunció palabra, el Nóbel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez fue muy aplaudido durante el acto principal del homenaje que rinde la XXII Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara al escritor mexicano Carlos Fuentes.
Junto a Fuentes, en un abarrotado salón de actos, se sentaron en la presidencia el mexicano Carlos Monsiváis, el nicaragüense Sergio Ramírez y el británico Stephen Boldy, además del autor de Cien Años de Soledad.
Aun cuando todos sus compañeros de mesa leyeron -con mucho humor- textos que ensalzaron la carrera literaria y vital de Fuentes, “Gabo” se limitó a saludar sonriente con las manos alzadas y entrelazadas cuando el moderador esbozó una semblanza sobre él.
“García Márquez escribe para no tener que hablar”, había recordado en su introducción el moderador Vicente Quirarte.
El público lanzó entonces un encendido aplauso para el Nóbel, junto a un Carlos Fuentes sonriente que agradeció el apoyo silencioso de su compatriota de las tierras literarias.
“Nos hemos encontrado a lo largo de la vida en París, Barcelona, Cartagena de Indias y, más a menudo, en el Distrito Federal”, aludió Fuentes durante su intervención, acto seguido.
El autor de “La Región más Transparente” recordó que conoció a García Márquez gracias primero al pintor colombiano Fernando Botero, que le presentó al escritor también nacido en Colombia Álvaro Mutis, quien a su vez le puso en contacto con el Nóbel.
“Es una amistad memorable hecha de momentos perdurables” , dijo Fuentes.
La mesa redonda fue el momento destacado de los numerosos actos que la FIL, la cita editorial más grande del mundo hispano, dedica a Fuentes, festejado en este último trimestre del año por su 80 cumpleaños en México con un sinfín de coloquios y homenajes.
El programa de la feria incluye una gran variedad de actividades en torno al homenajeado, entre las que destaca la representación de su ópera “Santa Anna”, la primera obra de estas características que ha escrito.
“García Márquez y yo hablamos sobre si debíamos escribir guiones de cine o novelas, y acabamos escribiendo novelas”, recordó Fuentes sobre uno de sus encuentros con su compañero.
Por su parte, Carlos Monsiváis dedicó su intervención a evocar estampas de los momentos compartidos con Fuentes, con inicio en 1957.
“Monsi”, como se apoda en México al escritor, dibujó una vida llena de encuentros divertidos, relatos de experiencias compartidas con un pretendido toque de humor e incluso esperpento surrealista que hicieron reír al público.
Los otros dos oradores, Ramírez y Boldy, también convirtieron sus textos de homenaje a Fuentes en una humorística sesión de anécdotas, redactadas y narradas con mimo y calidad.
El nicaragüense elogió a sus compañeros y recordó los buenos ratos pasados en su compañía, bromeando sobre la increíble capacidad de García Márquez para recordar textos literarios con la exactitud más precisa.
Por su parte, el británico Boldy -calificado por Fuentes como “mantenedor de la literatura latinoamericana en Reino Unido”- ironizó sobre su aproximación a las letras latinas de la mano de la obra de Fuentes, a la que en ocasiones tildó de forma fingida como demasiado compleja para él.
El numeroso público congregado en el Auditorio Juan Rulfo de la FIL amenazaba con desbordar el recinto para disfrutar del espectáculo casi teatral que ofrecieron los cinco escritores, felices de jugar con el lenguaje en vivo.
La FIL se extenderá hasta el día siete de diciembre, con multitud de actos y la presencia de más de 1.600 casas editoriales de 40 países. En su edición de 2007, la feria logró congregar a cerca de 560 mil personas.
En esta ocasión, visitan la cita editorial nombres de la literatura como el portugués Antonio Lobo Antunes -ganador del Premio de Literatura en Lenguas Romances de esta edición de la feria- los españoles Arturo Pérez-Reverte y Fernando Savater, el irlandés John Boyne y el alemán Günter Wallraff.
Gabo dona libro para premio
El Nóbel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez donó una edición artesanal de sus memorias Vivir para Contarla para la creación del premio literario Aura Estrada, en el que también colaboran Paul Auster, Umberto Eco y Salman Rushdie, informaron ayer lunes los responsables de la iniciativa.
“Toda buena cosa hay que apoyarla”, dijo García Márquez al final de la rueda de prensa en que fue presentado el galardón, mientras firmaba un ejemplar de Cien Años de Soledad, cercado por una pequeña cohorte de periodistas.
El anuncio tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, la mayor cita editorial del mundo hispano, con la participación de más de mil 600 editoriales de 40 países, que se celebra cada año en esa metrópoli del occidente mexicano.
La edición de Vivir para Contarla, diseñada por el hijo del Nóbel, Gonzalo, podría alcanzar al menos un precio de dos mil 500 dólares en subasta, apuntó el impulsor del premio, Francisco Goldman, en memoria de cuya esposa, la ensayista mexicana Aura Estrada, fallecida en 2007, nace el galardón.
El galardón se fallará en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (Sur de México), en noviembre del año próximo y así sucesivamente cada dos años. Está dotado con 12 mil dólares y la posibilidad de alojarse hasta dos meses en diversas residencias para escritores en Estados Unidos e Italia. Las candidatas al premio deberán ser mujeres menores de 35 años.