ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSQIQUIÁTRICA MEXICANA
(SEXTA PARTE)
Pero por otro lado, además de los maestros y las escuelas dentro del sistema educativo, los médicos generales, los pediatras, los neonatólogos y los especialistas infantiles en general, también juegan definitivamente un rol fundamental como guardianes no sólo de la salud física sino igualmente de la salud mental de los niños y sus familias, gracias a ese monitoreo que llevan a cabo constantemente desde el momento del nacimiento de las criaturas, para luego proseguirlo a lo largo de la vida. El control médico que se maneja usualmente durante el período del embarazo, así como durante el parto, se convierten en oportunidades básicas para la observación tanto de la madre como del bebé, o mismo de la dinámica que se da en la relación entre los padres y el recién nacido, o en la familia en general. Se trata de una oportunidad que en muchos casos permite que el ojo experimentado y clínico de estos profesionistas alcance a darse cuenta de cierto tipo de detalles o anomalías que igualmente pueden indicar las primeras señales de lo que podría llegar a convertirse en algún trastorno psiquiátrico. Actualmente, también existen proyectos de investigación que tratan de estudiar más de cerca la relación materno-infantil o mismo paterno-infantil, en cuanto a los lazos afectivos entre ellos, el vínculo que logran establecer y la capacidad de apego que se desarrolla a estos niveles tan tempranas, puesto que es posible medirlas y determinar en cierta forma las consecuencias que a la larga pueden derivarse de las fallas en la formación de tales lazos afectivos.
Podemos considerar que es verdaderamente privilegiada la relación que se llega a dar entre la pareja de padres y el bebé con cualquiera de estos médicos mencionados, ya que ellos llegan a conocer y a seguir muy de cerca a estas familias desde el momento del parto y a lo largo de la infancia, o de la adolescencia, y aún en muchos casos cuando existe esa confianza y cercanía, siguen siendo los médicos de cabecera de estos bebés, pero ya como adultos jóvenes. Este tipo de relación y de seguimiento médico que se establece a través de los años, facilita entonces la observación, el monitoreo y el conocimiento de estos sujetos, al grado de permitir definitivamente la detección de síntomas y signos de tipo psiquiátrico desde edades también muy tempranas, lo que a su vez trae como resultado la posibilidad de prevenir este tipo de trastornos o de tratarlos tempranamente como una forma de evitar mayores consecuencias a largo plazo. La capacitación y actualización médica cada vez más completa, especialmente en lo que respecta a la salud mental tanto en el caso de los médicos generales, los neonatólogos, los pediatras y demás especialistas infantiles, los convierte entonces afortunadamente, en filtros y en guardianes, capaces de detectar tales padecimientos tempranamente. Gracias a ello y a esa relación tan cercana que han establecido con sus pacientes, ellos serán capaces de dar la información y orientación adecuada y necesaria a los padres y a la familia en general, ya sea para el manejo específico de estos casos, o en caso contrario para canalizarlos a los respectivos profesionistas y servicios de salud mental, de modo que puedan ser atendidos con los cuidados necesarios. En esa forma, los médicos y los maestros vienen a funcionar en ese primer nivel de detección temprana de padecimientos no sólo físicos sino también psiquiátricos, no sólo en lo que respecta a la consulta privada, sino también en cuanto a las instituciones públicas y privadas de nuestro país, como un servicio sumamente importante y necesario para la conservación de nuestra salud mental nacional (Continuará).
