ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(SÉPTIMA PARTE)
Gracias a nuestras estadísticas, sabemos que la población infantil y de adolescentes en nuestro país, alcanza algo así como la mitad o un poco más del 50 por ciento de nuestra población total, dato que inmediatamente nos hace reflexionar y preguntarnos si contamos en México con el suficiente personal profesional que pueda atender a dicha población. ¿Tenemos acaso el número suficiente de maestros, educadores, neonatólogos, pediatras y especialistas infantiles en las diversas ramas de la Medicina? ¿Y si es así, tendrán todos ellos la adecuada capacitación para diagnosticar, manejar o saber canalizar adecuadamente a todos estos niños, niñas o adolescentes que presenten diferentes trastornos psiquiátricos y que requieran de ayuda en lo que concierne al área de la salud mental? Muchos de estos profesionistas se dedican a ello actualmente y ya lo están haciendo desde sus respectivas posiciones, sea en los niveles públicos o en los privados. Algunos llegan a manejar estos casos a través de su experiencia de años de trabajo y de sus conocimientos, cuando se trata de situaciones que son manejables a tales niveles. Sin embargo, existe también un alto porcentaje de dicha población que requiere de una ayuda todavía más especializada y específica de la que se les puede brindar en este primer nivel de atención. Se trata de aquellos casos que deben ser canalizados a especialistas infantiles dentro del área de la salud mental, como serían los psicólogos o los psiquiatras que han sido entrenados específicamente en esas áreas.
En México, al igual que sucede en muchos otros países, incluyendo los del primer mundo, nos encontramos con una escasez importante en lo que se refiere al número de psiquiatras infantiles con los que contamos, ya que para ese enorme porcentaje de población infantil y de adolescentes que se menciona, sólo tenemos alrededor de quinientos psiquiatras infantiles en todo el país. Ello explica en cierta forma, el porqué no es fácil encontrar representada esta especialidad en la consulta externa de la mayoría de instituciones públicas, no sólo en La Laguna, sino en el resto de México. Lo que ha sucedido entonces, es que se ha intentado suplir dicha carencia de estos especialistas, a través de la presencia de psicólogos, ya que cada día, es mayor el número anual de egresados de las diversas instituciones educativas. Desgraciadamente, existen en nuestro país al menos dos problemas importantes en relación con la colocación profesional de los psicólogos en diferentes áreas de trabajo: el primer problema se refiere a que aún a pesar de su entrenamiento profesional, todavía no se les otorga por completo el crédito, la confianza y la posición que se merecen dentro de las diferentes instituciones que requieren de sus servicios. Es así, como podemos descubrir entonces el hecho de que a pesar de que cada día más escuelas, colegios e instituciones educativas cuentan con la presencia de un psicólogo o una psicóloga entre su personal, ello definitivamente no es del todo suficiente para satisfacer las múltiples necesidades de dichas instituciones en lo que se refiere al área de la salud mental. Un gran número de tales instituciones sólo cuentan con la presencia de un solo psicólogo o psicóloga, quien generalmente se encuentra verdaderamente bombardeado y abrumado por múltiples y muy variadas funciones que tienen que llenar, tales como aplicar baterías de pruebas a determinados chicos, detectar y manejar casos conflictivos que usualmente requieren más de una sola entrevista, entrevistarse asimismo con los padres, escribir reportes de todo ello, iniciar y llevar a cabo procesos de orientación vocacional, o inclusive fungir como maestros de tal o cual materia, según les sean asignadas por la dirección, y así sucesivamente por otras tantas funciones que difícilmente pueden llevar a cabo en la realidad. Este hecho nos lleva a pensar que efectivamente, es de suma importancia la presencia de los psicólogos en las instituciones educativas, pero que una vez que se han abierto tales servicios, la realidad nos indica que las necesidades y demandas serán cada vez mayores, lo que hace imposible pensar el hecho de que un solo profesionista de este tipo pueda lograr satisfacer del todo tales necesidades. Conforme los maestros adquieran más experiencia y se capaciten mejor en el área de la salud mental, tendrán definitivamente una mayor necesidad de la asesoría especializada del psicólogo para canalizar a estos chicos con problemas, y de ese modo, formando ambos un equipo, maestros y psicólogos podrán lograr mejores resultados. Por lo tanto, es necesario preguntarnos si la presencia de un solo psicólogo es suficiente para cada escuela o colegio, o si definitivamente se requiere de un equipo de psicólogos que conformen un pequeño departamento de salud mental, para poder entonces satisfacer las crecientes demandas de tales servicios, como un movimiento fundamental en lo que se refiere a los aspecto de prevención en el área de la Salud Mental (Continuará).
