ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(OCTAVA PARTE)
La presencia de los psicólogos no sólo es necesaria e indispensable a nivel de las instituciones de educación primaria o preprimaria, sino también de la educación media, en las escuelas secundarias y preparatorias, e inclusive en las instituciones universitarias, si lo queremos pensar desde un punto de vista muy idealista pero necesario. Realmente, es difícil creer que solamente los niños requieran de estos servicios en las escuelas y colegios, puesto que la experiencia en la práctica nos indica que tanto los adolescentes como los adultos jóvenes pueden presentar el mismo tipo de necesidades y problemas, ya que sin duda alguna, todos se encuentran a riesgo de la presencia de conflictos emocionales importantes, así como de trastornos psiquiátricos, que deben ser detectados y canalizados para su ayuda y tratamiento tan pronto como sea posible, y definitivamente, como se ha mencionado antes, las instituciones educativas representan ese magnífico territorio para detectarlos. Me parece que en las instituciones de educación media sucede lo mismo que en las primarias, ya que al menos un gran porcentaje de ellas cuentan en nuestra época con la presencia de un psicólogo o una psicóloga, que intentan hacerse cargo de tales servicios, lo cual definidamente no es una tarea fácil para una sola persona o incluso dos, debido al gran número de alumnos y a los problemas que presentan, unido a la variedad de funciones que se esperan del psicólogo como parte de su trabajo, que naturalmente pueden llegar a niveles abrumadores y excesivos, lo que determina el que les sea muy difícil o casi imposible satisfacer tales expectativas.
Si trasladamos esta situación a las instituciones universitarias, ya sea a las de nivel público como las del sector privado, empezaríamos por preguntarnos cuáles de ellas cuentan ya con este tipo de servicios de ayuda psicológica para sus estudiantes. Sabemos que en los últimos años, se ha visto en nuestra comarca un gran desarrollo en cuanto al número de universidades de todas marcas y colores, que ofrecen diferentes tipos de carreras profesionales y funcionan a diferentes niveles, lo mismo en el Estado de Coahuila como en el de Durango. Sería interesante conocer qué porcentaje de ellas cuentan con psicólogos o psicólogas que atiendan las necesidades emocionales de sus estudiantes. También sería interesante saber si gracias al nivel de recursos económicos con los que cuentan muchas de ellas, tanto públicas como privadas y debido al gran número de alumnos que se inscriben en las diferentes carreras, pueden ofrecer entonces ese tipo de servicios psicológicos. Inclusive uno se preguntaría sobre el grado de madurez que han alcanzado en su desarrollo institucional, de manera que logren atender la salud de su población estudiantil y satisfacer este tipo de necesidades a través de la organización y estructura de departamentos de salud mental, como sucede en algunas ciudades de nuestro país, o en las universidades de otros países.
Existen universidades como la UNAM en la ciudad de México, que cuenta con un muy bien organizado Departamento de Salud Mental, en funciones desde finales de los años cincuentas del siglo pasado, y que se encuentra dentro de la Facultad de Medicina en la Ciudad Universitaria. El criterio para organizar tales departamentos en las universidades, se basa precisamente en el hecho de que los adultos jóvenes a este nivel, están supeditados a múltiples y muy variados estímulos estresantes que tienen que ver con la época de la vida en que se encuentran, así como con la búsqueda de su identidad tanto profesional como personal al intentar llevar a cabo esa transición de los niveles de educación media a los de educación profesional, niveles que les confrontan con mayores presiones y exigencias que no habían tenido anteriormente. Igualmente, se enfrentan a los cambios de su vida como adolescentes e hijos de familia, más dependientes y hasta cierto punto protegidos o sobreprotegidos en muchos casos, a niveles de mayor autonomía y autosuficiencia (no en todos los casos, pero ésa es otra presión) al internarse en otros estilos de vida con ambientes diferentes y más variados, en los que también se enfrentan a nuevas presiones y exigencias. Es decir, que los jóvenes a estas edades tienen que enfrentar una serie de importantes presiones externas, pero a la vez internas, que determinan en muchos casos que requieran de ayuda o de orientación psicológica, y en ciertas situaciones hasta de ayuda y tratamiento psiquiátrico al descubrirse que presentan determinados tipos de trastornos. La presencia entonces de grupos de psicólogos o de departamentos de salud mental, ya sea en las instituciones de educación media, pero sobre todo en los de educación profesional, se puede considerar también como una necesidad básica de nuestros días, por la forma y el estilo de vida que llevamos, así como por el tipo de estímulos y presiones estresantes al que están expuestos los estudiantes universitarios y los estudiantes en general. Es ahí, donde la presencia de los psicólogos no sólo es necesaria, sino indispensable como parte de la atención y la conservación de la salud mental en mis jóvenes (Continuará).