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Nuestra Salud Mental / TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC).

CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

(VIGÉSIMA TERCERA PARTE)

Si por lo general, la adolescencia suele ser un período difícil e inclusive tormentoso en el desarrollo emocional de cada muchacho o muchacha, así como en las relaciones que mantienen con sus padres, en el caso de los adolescentes con TDAH, la situación puede llegar a ser aún más compleja dentro de la familia. Los típicos síntomas que presentan y que tanto se han mencionado en las columnas anteriores, van a influir naturalmente en su funcionamiento dentro del hogar, así como en el ambiente escolar y social en general, hasta llegar a convertirse en problemas académicos y de conducta cada vez más complicados y difíciles de solucionar. Conforme avanzan estas situaciones los llegan a enfrentar cada vez más intensamente con sus maestros y con sus padres, provocando en los adultos sentimientos de desesperación, enojo, frustración e impotencia, que en un gran porcentaje de los casos los confunde y los paraliza, al grado que les hace cada vez más difícil el saber cómo manejarlos y qué métodos emplear en su educación, en su disciplina y en su relación con ellos. En lo que respecta a los maestros y las autoridades escolares, cuando no tienen la información pertinente o ni siquiera una buena comprensión de lo que sucede con estos chicos, una vez que han probado diferentes métodos para ayudarlos o corregirlos, llegan finalmente a tal grado de saturación y desesperación con ellos, que el paso final es el de expulsarlos de la escuela, al sentirse incapaces de poderlos seguir manejando y ayudando. O sea que estos chicos van a provocar en sus maestros el mismo tipo de sentimientos que ya han provocado en sus padres, de frustración, enojo, desesperación e impotencia, hasta llegar a ese punto de saturación en que deciden que ya no es posible seguir con ellos. De esa manera, es posible delimitar la trayectoria de tantos de estos chicos y chicas durante la primaria, la secundaria y la preparatoria, con historias de múltiples expulsiones, de estudios truncados prematuramente, de frecuentes cambios de escuelas para refugiarse en escuelas en las que más fácilmente son aceptados, pero en general con un alto grado de deserción que llega a ser definitivo en muchas ocasiones para ya no seguir estudiando, y que en otros casos tratan de solucionar con la compra de certificados escolares.

En el caso de los padres, los sentimientos de frustración, enojo, desesperanza, desilusión, desesperación e impotencia llegan a alcanzar su máximo grado durante esta etapa. Ello se relaciona no sólo con los problemas en el área escolar, sino también en lo que respecta a sus conductas conflictivas dentro de la familia y en el ambiente social. Muchos de estos chicos y chicas tienden a agruparse y hacer amistad con otros chicos o chicas que también presentan TDAH, con conductas que los llevan a experimentar en diferentes áreas como sucede con el uso del tabaco, del alcohol e inclusive de otro tipo de drogas en forma desmedida, conductas que naturalmente ponen a riesgo su salud y su vida. La etapa misma del desarrollo en que se encuentran, determina el que busquen de por sí un mayor grado de separación e independencia de sus padres, de modo que sus conductas también aparecen cada vez más rebeldes y confrontadoras con la autoridad, lo que a su vez provoca sentimientos aún más importantes de enojo, desesperación, frustración e impotencia en los padres, que sienten perder cada vez más el control en el manejo, la disciplina y la educación de estos chicos, sin lograr encontrar ningún tipo de solución para ayudarlos o enderezarlos. Conforme aumenta la intensidad de tales sentimientos en los padres, llegan a sentirse en tal grado incapaces de educarlos en algunos casos, que suelen expulsarlos del hogar, ya sea directamente para enviarlos a casa de los abuelos o de algún otro familiar en la misma o en otras ciudades, o indirectamente, cuando es el chico o la chica quien decide escaparse de casa y buscar su vida en forma independiente. En ciertas familias en las que sus recursos económicos lo permiten, es muy frecuente en nuestra comarca que se dé el caso de enviarlos a escuelas militares en Estados Unidos, con la firme creencia de que ese tipo de educación les será de ayuda y vendrá a suplir algo que ellos como padres no han podido suministrar a los hijos, especialmente en casos como los que aquí se mencionan. Como nos podemos dar cuenta, se trata pues de diferentes medidas con las que se tiende a experimentar en las familias con TDAH, en un intento por manejar, controlar y ayudar a estos chicos y chicas. A la larga, sería interesante conocer cuáles son los resultados de estos métodos y maniobras diferentes con los que se experimenta en cada familia, como consecuencia precisamente de los sentimientos y reacciones que estos sujetos provocan en sus familias y en su ambiente en general, especialmente durante la etapa de la adolescencia, al irse acercando cada vez más a la llegada de su adultez (Continuará).

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