ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
(TRIGÉSIMA PARTE)
Obviamente, la historia clínica no es un estudio exclusivo para los niños y los adolescentes, sino que se trata de un instrumento de exploración del paciente sin importar su edad, ni la etapa de la vida en que se encuentre, sea como adulto joven, como adulto en la edad media o en la tercera edad. En cualquier caso se requiere de este tipo de estudio para conocer y comprender mejor a nuestros pacientes, como una vía para llegar a uno o varios diagnósticos y consecuentemente a un programa de tratamiento. En el caso de los adultos, nos interesa también el mismo tipo de información que se ha mencionado en el caso de los niños y los adolescentes, pero que naturalmente se hará en forma individual a través de la recolección de memorias de cada paciente en relación a las experiencias y características de su infancia y de su adolescencia según las tenga grabadas, para luego proseguir con lo relativo a su historia en lo referente a las diversas fases de su etapa como adulto de acuerdo a la edad en que se encuentre en el momento de la consulta. Es así como buscaremos conocer los aspectos importantes en cuanto a su vida de estudio y laboral, su capacidad y satisfacción en las mismas, la forma en que ha desarrollado su sexualidad, las relaciones que mantiene con su familia, así como sus relaciones sociales en lo referente no sólo a sus amistades, sino también a la elección de sus parejas. Si está casado o casada, es importante explorar los aspectos principales de su vida matrimonial tanto positivos como conflictivos, la planeación y procreación de hijos al igual que el desarrollo de los mismos. En esta etapa necesitamos saber sobre la salud física del paciente, el tipo de enfermedades que ha padecido o que padezca en el presente, así como otros aspectos del tipo de cirugías, accidentes u hospitalizaciones, sobre todo en el caso de pacientes de mayor edad. En ese punto además, nos interesa conocer los cambios relativos al climaterio no sólo en mujeres sino también en hombres, a pesar de esa creencia errónea que se tiene al respecto, de que sólo ellas son quienes sufren ese tipo de cambios. El cómo se adapta o no cada sujeto en su transición hacia la vejez, es igualmente básico a conocer en la historia clínica de los adultos, asociados a los aspectos de salud, de jubilación, o de las diferentes pérdidas que se tienen que enfrentar en esa etapa, ya sea por la salida de los hijos, pero asimismo por la muerte de la pareja, de las amistades o de cualquiera de las otras múltiples pérdidas características de la edad.
Pero definitivamente, como se puede demostrar con lo que se ha mencionado en estas semanas, este segundo capítulo de la valoración clínica que llamamos el de la historia personal representa una parte fundamental de la misma, basados en el criterio de que cada uno de nosotros somos en el momento actual, el resultado de las experiencias y de las circunstancias personales, familiares, ambientales tanto de tipo biológico, como psicológico y sociocultural en general a las que hayamos estado supeditados a lo largo de nuestra vida, lo que naturalmente también nos sitúa en esa posición de seres únicos que cada uno de nosotros ocupa en este mundo. Por lo mismo, aunque quizás a muchos les parezca irrelevante y hasta una pérdida de tiempo el explorar dicha historia con tanto detalle, la realidad es todo lo contrario, ya que especialmente en el campo de la salud mental, un capítulo como éste nos ayuda aún más a conocer y comprender mejor a cada uno de nuestros pacientes, especialmente cuando dicho capítulo lo logramos ensamblar con el primer capítulo, el que se refiere a su padecimiento actual. En ese momento mismo, nos podemos dar cuenta de la forma en que una serie de sucesos, experiencias y antecedentes de la vida del paciente han llegado a jugar un papel importante como factores causantes o desencadenantes de dicho padecimiento que le aqueja en el momento actual y por el cual ha asistido a nuestra consulta. Es así, como para nosotros, como médicos y terapeutas tiene sentido la exploración de estos dos capítulos, del padecimiento actual con la historia personal al conectarlos y relacionarlos entre sí con miras precisamente hacia el mejor conocimiento y comprensión de nuestro paciente (Continuará).
