ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC).
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(TRIGÉSIMA TERCER PARTE)
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)
El examen mental que se lleva a cabo en el caso de los pacientes con TDAH, ya sea niños, adolescentes o adultos, va a revelar una serie de características importantes y significativas en cada una de esas cuatro áreas básicas a las que aludía la semana pasada, características que definitivamente serán de gran ayuda para alcanzar nuestro diagnóstico, a pesar de que por lo general no se trata de un diagnóstico al que sea difícil de llegar. En primer lugar, en el área de la percepción, vamos a encontrar la dificultad importante que tienen estos individuos para mantener su atención y poder concentrarse durante las entrevistas. Por lo general en la mayoría de los casos, gracias al hecho de que se trata de un solo paciente entrevistado, lo cual se lleva a cabo en un lugar generalmente tranquilo y sin muchos distractores, ello disminuye en un buen porcentaje el riesgo de que el primero se distraiga, al no haber más personas en el consultorio, a diferencia de lo que puede suceder en su salón de clases, en la escuela o en otros sitios públicos, en los que más fácilmente se distrae debido a la gran cantidad de estímulos presentes. Aún a pesar de ello, notamos en el caso de los niños al ser entrevistados en un cuarto de juego, que tienden a usar uno y otro juguete sin objetivo aparente, y con dificultad para mantenerse concentrados en un sólo objeto por un período de tiempo más prolongado. En el caso de los adolescentes y también de los adultos, la misma dificultad de atención y concentración se manifiesta en el estilo de su plática, en la que suelen cambiar de un tema a otro, también sin moverse en una dirección definida o con un objetivo fijo.
En la segunda área del examen mental, que es la intelectual, muy a pesar de lo que cree, la mayoría de pacientes con TDAH, sin importar su edad poseen una capacidad intelectual promedio, e inclusive en muchos casos, su capacidad es superior. Así se puede observar al examinar su capacidad y agilidad para resolver problemas, su nivel de creatividad para diseñar proyectos, como sucede en el caso de los niños en el cuarto de juego, la facilidad que presentan para aprender nuevos conocimientos o experiencias, especialmente cuando son del tipo práctico. El problema en todos ellos, es que su dificultad para mantener la atención y la concentración no les permite sacar todo el provecho posible de su capacidad intelectual para aprovecharla al máximo. Desgraciadamente, debido a estas dificultades, así como a sus rasgos de impulsividad e hiperactividad, el ritmo de su pensamiento es demasiado rápido y a la vez desorganizado e inestable, de modo que no les permite en la mayoría de ocasiones llegar a juicios y conclusiones objetivas y definitivas, que requieren de mayor tiempo de razonamiento. Su lenguaje manifiesta ese estilo acelerado en el que se les enredan las palabras por la misma rapidez, o porque a veces también pueden presentar algún trastorno del lenguaje. Estos rasgos que llegamos a observar durante el examen mental, son los rasgos que le traen problemas en el medio escolar en el caso de niños y adolescentes, o en el laboral en el caso de los adultos.
En lo que respecta a la tercera área, que es el área emocional, y que tiene que ver con el estado de ánimo y la capacidad para relacionarse o para expresar sus emociones, lo que vamos a encontrar generalmente, es un constante cambio de estados de ánimo, que pueden variar desde muy alegre, bromista y con un buen sentido del humor en ciertos momentos, para luego pasar a estados de irritación, enojo, descontento por cualquier detalle, que puede rayar en explosiones de ira y de frustración, a también estados de ánimo de tristeza, desencanto, con sensación de impotencia. Esta volubilidad se manifiesta en los niños en el uso de los juguetes durante el examen mental, y la frustración, desesperación y a veces ira que pueden manifestar al no poder armar algún proyecto que se les encarga. En el caso de los adolescentes, dependiendo de su edad, los estados de ánimo se manifiestan en la posición que asumen en las sesiones, y la forma y estilo en que se expresan, los cuales pueden cambiar de un momento a otro, con sentimientos dirigidos a veces hacia el terapeuta, sean positivos o negativos, e incluso a un grado de ya no desear seguir adelante con esa evaluación, lo cual quizás en forma un poco más controlada puede igualmente suceder con los adultos, también debido a esa inconstancia que les caracteriza.
Finalmente, en la última área de nuestro examen mental que es la motora, ahí va a ser muy obvio el gran nivel de energía de estos pacientes, que en el caso de los niños los mantiene en constante movimiento durante una sesión de una hora, con muy poca capacidad de constancia para terminar un proyecto, ya que suelen cambiar de uno a otro. Cuando se trata de adolescentes y adultos, la hiperactividad generalmente ha evolucionado hacia un cierto nivel de control, de modo que aunque pueden permanecer sentados durante esa hora de sesión, sus manos y sus pies delatan ese intenso nivel de energía e hiperactividad residual, ya que están en constante movimiento, las manos manoseando algún objeto, los dedos tamborileando los brazos de la silla, los pies que se mecen al estar cruzados de piernas, o que casi bailan tap en el piso, y esa continua tendencia a cambiar de posición durante la sesión. En el caso de niños y adolescentes, al ponerles ciertas pruebas motoras, se pueden descubrir problemas de orientación espacial, lateralidad y coordinación motora fina o gruesa, que determina el que también requieran ser canalizados con algún neurólogo para complementar dicha valoración clínica (Continuará).
