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Nuestra Salud Mental

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA

ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA

DR. VÍCTOR ALBORES GARCÍA

(TRIGÉSIMA SÉPTIMA PARTE)

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDA (TDAH)

En nuestra evaluación clínica, se habló asimismo de un segundo resultado o corriente, que tiene que ver con esa formulación dinámica en la que se abarcan muy variados y diferentes aspectos de la vida de un individuo desde su infancia hasta el momento actual, con la exploración e inclusión de las diversas experiencias en el ambiente en el que se ha desarrollado, a través de las cuales ha ido modelando precisamente su estilo y estructura de personalidad, así como la de sus relaciones interpersonales. Es decir, que gracias específicamente a esta segunda parte de nuestra valoración clínica, es como podemos reconocer el espacio y la posición que cada paciente ocupa como ser humano único, complejo y completo, lo que a su vez, nos permite conocerlo, valorarlo y comprenderlo mejor, ya no exclusivamente como un TDAH, ni como varios diagnósticos y etiquetas, sino más bien como una persona específica con una vida propia. Gracias a este tipo de evaluaciones clínicas, es que los psiquiatras o los psicólogos podemos intentar rescatar a cada individuo de esa exagerada tendencia a la fragmentación y a la superespecialización que inunda actualmente nuestro mundo, sobre todo en el área de la Medicina, con resultados no siempre favorables para nuestros pacientes como seres humanos, a pesar de toda esa sofisticación y precisión respecto a tantos adelantos tecnológicos de nuestro siglo.

Es así, como intentamos retomar el tema de la existencia de cada ser humano como tal y como un individuo único en sus características en cuanto a su edad, género, raza, orientación sexual, religión, creencias, nivel socioeconómico y educativo, así como al tipo de familia, comunidad y cultura de la que proviene. Definitivamente, lo importante radica en nuestro intento por conocerlo y comprenderlo a través de tales características, que nos orientan sobre las posibles causas de su padecimiento, así como sobre el dolor y sufrimiento que se desprenden del mismo. Igualmente reconocemos entonces, que el TDAH es solamente un nombre genérico con el designamos en la actualidad un tipo de trastorno que ni siquiera podemos presumir de conocerlo a fondo, y que simplemente nos encontramos en el camino de investigarlo y estudiarlo profusamente para conocerlo mejor. De esa forma, podemos reconocer además que dicho trastorno adquiere rasgos y características muy diferentes en cada paciente que llega a nuestra consulta, puesto que cada uno de ellos es completamente diferente del anterior o del siguiente, y que por lo tanto no podemos tratarlos en serie, como objetos de una línea de producción, a los que debemos darles la misma receta con el mismo medicamento e iguales recomendaciones. Nuestra formulación dinámica nos ayuda pues a diferenciar un paciente del otro, una familia de la otra, una historia clínica de la otra, puesto que nos muestra las muy diversas experiencias, circunstancias y conflictos de cada paciente y su familia, lo que definitivamente le otorga a cada uno esa cualidad de ser único en el mundo, y requerir por lo mismo de un programa de tratamiento y una atención personalizada también única, específica y muy diferente de los demás pacientes. Por lo tanto, podremos definir entonces el hecho de que nuestro programa de tratamiento seguirá derroteros muy variados para cada caso, mientras logremos identificar y valorar esa individualidad única de cada paciente. Hasta el presente, de los muchos pacientes que he visto en mi consulta a través de los años diagnosticados con TDAH, no sería capaz de afirmar que ninguno de ellos o sus familias hayan sido iguales entre sí, ni que tampoco hayan requerido de las mismas medidas de tratamiento.

Es por ello que en la actualidad, me parece ridículo, sumamente cándido y superficial el limitar y reducir una situación tan compleja, amplia y variada como sucede con cualquier trastorno emocional como es el caso del TDAH, a darle una solución exclusivamente de orden farmacológico, cuando sabemos claramente que en estos casos hay muchísimos otros problemas y conflictos que no responden a un medicamento. Se trata de situaciones que han sido detectadas gracias a esa valoración clínica más amplia, y que entonces pueden ser abordadas mediante diferentes medidas terapéuticas que busquen solucionar las necesidades específicas de cada paciente y su familia, además del uso de algún psicofármaco. Desgraciadamente, tales situaciones pueden permanecer escondidas y relegadas, sin recibir ningún tipo de tratamiento, cuando no se ha llevado a cabo una valoración clínica más completa (Continuará).

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