ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(CUADRAGÉSIMA SEXTA PARTE)
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)
En las columnas anteriores se han mencionado diferentes razones por las cuales es de gran importancia el tener sesiones paralelas con los padres de los pacientes con TDAH, como parte de un programa global de tratamiento para cumplir una serie de objetivos básicos. Sin embargo, es necesario enfatizar aún otro objetivo de gran importancia para justificar dicho tipo de sesiones. Hay que recordar que en estas familias, tanto el padre como la madre de estos chicos o chicas, pueden a su vez padecer algún tipo de trastorno emocional, trastorno que naturalmente debió haber sido detectado y diagnosticado por el terapeuta durante su evaluación clínica, información que seguramente habrá tomado en cuenta para el diseño de un programa de tratamiento general para la familia. En tales casos entonces, las sesiones con los progenitores deberán ser enfocadas igualmente al tratamiento de aquel miembro que padezca algún trastorno, o inclusive a ambos cuando también ése sea el caso. Por lo mismo, dependiendo del tipo de trastorno que se haya detectado, se deberá decidir si se requiere del uso de psicofármacos como podría ser un antidepresivo, un ansiolítico, algún regulador del estado de ánimo, un antipsicótico o inclusive hasta el mismo metilfenidato cuando el padre o la madre padecen asimismo del TDAH, y sus síntomas requieren ser controlados mediante el uso de este fármaco. Sin embargo, en estos casos no se trata de recetar y mantener exclusivamente al padre o a la madre con uno o varios medicamentos de acuerdo al diagnóstico, sino que tal práctica deberá ser asociada a un proceso de psicoterapia que puede ser de alguno de los diferentes estilos de acuerdo al trastorno de que se trate, de manera que se pueda integrar el uso del medicamento con la psicoterapia como complemento de este programa. A su vez, la psicoterapia podrá ser enfocada de manera individual sea hacia el padre o hacia la madre, pero también puede llevarse a cabo como un programa de terapia marital, por medio del cual, no sólo se ayude al cónyuge afectado en lo relativo a su padecimiento, sino que también se tome en cuenta tanto la forma como dicho trastorno influya en su pareja, a la vez que en la relación de ambos y en el contexto familiar en general. Obviamente, un proceso de terapia semejante deberá llevarse a cabo paralelamente al tratamiento del hijo o la hija con TDAH, como parte de un programa más completo, integrado y global diseñado como un proceso de tratamiento familiar, y no solamente como una experiencia aislada.
En ocasiones, no necesariamente se puede encontrar algún trastorno emocional en los padres, pero si puede suceder que su relación marital se encuentre en una etapa de crisis según la edad y la relación que han mantenido a través de los años, o puede ser también que su relación marital ha sido de por vida una relación disfuncional y poco propicia para formar un vínculo adecuado no sólo entre ellos, sino también con sus hijos. Hay que recordar entonces, como ya se mencionó en alguna de las columna anteriores, que la presencia de un hijo o una hija con TDAH, va a representar una carga emocional muy estresante e intensa para cualquier pareja marital, lo cual será aún más desgastante, traumático y crítico para aquellas parejas que al no haber formado ese vínculo adecuado son más vulnerables y se encuentran más a riesgo de crisis importantes, de separaciones e incluso de ruptura total. Para este tipo de parejas precisamente, está indicado el trabajo psicoterapéutico ya sea en sesiones con ambos, o en sesiones por separado para cada uno pero efectuadas en forma paralela; en muchos casos se puede llevar una combinación de ambos estilos, en los que en ocasiones las sesiones sean como pareja, y en otras se lleven a cabo por separado en forma individual.
En todos estos casos, lo importante radica en que el terapeuta sea capaz de detectar esa necesidad de ayuda psiquiátrica o psicológica que tienen estos progenitores, ya sea como individuos o como pareja, dependiendo del tipo de trastornos o de conflictos que presenten, que pueden ir desde crisis maritales de mayor o menor gravedad según la etapa de desarrollo en que se encuentren en el ciclo de vida, hasta la presentación de cualquier tipo de trastorno psiquiátrico definido, ya sea depresivo, de ansiedad, de personalidad, adictivo para alcohol, nicotina u otras drogas diferentes, psicótico, o mismo del déficit de atención con o sin hiperactividad, así como cualquier otro tipo de padecimiento. Una vez más, es imperativo enfatizar la importancia de llevar a cabo este tipo de sesiones terapéuticas con los padres, como una porción indispensable de un programa global de tratamiento en el caso de los pacientes que padecen TDAH (Continuará).