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Nuestra Salud Mental

Dr. Víctor Albores García

ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)

CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

(QUINCUAGÉSIMA SEGUNDA PARTE)

TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)

Como parte del programa de tratamiento para los chicos con TDAH, se pueden considerar ciertas medidas y recomendaciones generales tanto para los padres en el hogar como para los maestros en las escuelas, gracias a las cuales es posible obtener mejores resultados en el trabajo con estos chicos en sus ambientes naturales. Por ejemplo en casa, para canalizar ese exceso de energía e hiperactividad, se recomiendan definitivamente las actividades físicas o de tipo deportivo durante los períodos extraescolares, ya sea que se lleven a cabo dentro de la misma escuela, o que los padres se encarguen de encontrar el tipo de actividad adecuada y de acuerdo al gusto y a las necesidades específicas de cada sujeto. Los efectos generalmente son muy positivos y tienen mejores resultados, en contraste con la pasividad del televisor o del uso de los videojuegos por períodos prolongados, que muchos chicos utilizan con el permiso de sus padres. En lo que respecta a sus limitaciones de atención y de concentración, se recomienda que se prepare en el hogar un espacio adecuado para llevar a cabo sus trabajos escolares y tareas, ya sea en su recámara o en cualquier otra área del hogar con características específicas. Debe considerarse un espacio cómodo y bien iluminado, en el que además se tienda a mantener las paredes lisas y sin la presencia de cualquier tipo de adornos o estímulos que distraigan al estudiante, e interfieran con su concentración para llevar a cabo en forma adecuada sus trabajos escolares. Por lo mismo, también se deben evitar los radios o los televisores que tantos de estos chicos gustan de usar al mismo tiempo que están trabajando, y que en la mayoría de los casos sirven como distractores que les impiden mantener la atención apropiada. Igualmente, se recomienda a los padres, el recordar y tomar en cuenta tales limitaciones en las capacidades de atención y de concentración, de modo que cuando les den órdenes o les hagan peticiones a estos chicos, sea de una por una, ya que cuando les exigen que hagan varias cosas a la vez, ello resulta contraproducente, puesto que su atención sólo les permite captar y retener la primera o la última orden, que será la que lleven a cabo, pero sin tomar en cuenta las demás, lo que generalmente suele enojar y frustrar a los padres.

En la escuela, una de las medidas más comunes a recomendar y que suele traer buenos resultados frecuentemente en los salones de clase, es la de facilitar que estos alumnos se sienten en las primeras filas, de manera que en clase puedan mantener su atención de forma más fácil y directa hacia la maestra o el maestro. En grupos numerosos en las primarias, suele suceder que cuando estos chicos ocupan los asientos en las últimas filas, se distraen más fácilmente, ya que sus compañeros de las filas delanteras funcionan como estímulos que les impiden concentrarse y mantener la atención adecuada. Por estas razones, en muchos casos y cuando sea posible, es más recomendable el ser inscritos en escuelas donde los grupos de alumnos son menores, lo cual también evita la diversidad y multitud de estímulos, que pueden facilitar su concentración y por ende su desempeño escolar. Para algunos de estos chicos, se ha visto que un tipo de sistema de educación personalizada puede funcionar mejor, pero para otros, se ha encontrado que el sistema tradicional también les sirve; lo importante en ambos casos es la presencia de disciplina, orden y los controles suficientemente estrictos y necesarios, para ayudarlos a funcionar adecuadamente tanto en mejorar sus conductas, como en el desempeño académico y en su desarrollo general.

Precisamente, es en estas áreas donde es importante recolectar las experiencias de diferentes tipos de padres así como maestros y autoridades escolares, que a través del tiempo y de sus experiencias personales, han encontrado y desarrollado diferentes tipos de estrategias, medidas y técnicas que aplican en la vida diaria para ayudar a estos chicos. Un buen número de ellos lo hacen por lógica y sentido común, sin siquiera haber sido diagnosticados en muchas ocasiones, o inclusive sin saber o conocer de la existencia del TDAH y en lo que consiste. Creo que es ahí, con estas familias, con quienes los profesionales podemos aprender mucho de ellas y de sus experiencias, de manera que nos sirva para enriquecer nuestros conocimientos y repertorio propio de estrategias, que igualmente podemos poner en práctica y recomendar a otras familias (Continuará).

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