ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(QUINCUAGÉSIMA TERCERA PARTE)
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)
Como se puede ver entonces, de acuerdo a lo que se ha planteado en las últimas semanas en esta columna, la opinión generalizada para el manejo más efectivo de los chicos con TDAH, tiende a ser lo que se ha denominado como un programa de tratamiento de tipo multimodal. Esto quiere decir, que al igual que sucede en los demás trastornos psiquiátricos, ya sea en la infancia, en la adolescencia o en la etapa adulta, lo ideal en un programa de tratamiento es utilizar una variedad de estrategias y maniobras enfocadas a la mejoría y recuperación de la salud, en contraposición con el uso de un solo elemento sobre el cual se cargue todo el peso del tratamiento. En la actualidad, por muchas y muy diversas razones, ya sea el cada vez mayor número de pacientes, la falta de tiempo y de disponibilidad del personal médico en todas las especialidades para dar la atención adecuada, la escasez de recursos especialmente en las instituciones públicas, la mercadotecnia y las campañas de promoción para el uso de los medicamentos, entre otras, se tiende a pensar que exclusivamente, será el uso de un psicofármaco la solución completa e ideal para el tratamiento de cualquiera de estos trastornos. En el caso del TDAH como se ha mencionado, se trata de un planteamiento erróneo, ya que aunque el medicamento estimulante tiende a ser definitivamente un elemento de gran importancia en este programa de tratamiento para atacar los síntomas característicos, no puede ser la única solución para todos los demás problemas agregados que se presentan en estos casos, ya sea en el paciente o en su familia, como también se ha descrito antes.
Podemos concluir entonces, que ese programa de tratamiento multimodal, como se le ha bautizado, tiende a ser un tratamiento mucho más extenso y global, ya que por medio de él se trata de abarcar y atacar paralelamente las diferentes áreas conflictivas que se dan en la vida del paciente. Por un lado, el fármaco estimulante con el que se busca controlar los síntomas principales del TDAH, y por medio del cual se busca también facilitar la presencia y convivencia del chico o la chica en el hogar, en la escuela y en su ambiente social en general. Gracias a ello se presenta una mejoría en sus conductas, así como en su capacidad de atención y concentración para facilitar su funcionamiento académico. Se puede mencionar además una segunda área, en la cual se debe llevar a cabo cierto tipo de trabajo psicoterapéutico directamente con el paciente a través de diversas sesiones, con los objetivos de apoyarlo hacia el mejor conocimiento de sí mismo, de sus habilidades y limitaciones, así como en el manejo de sus controles, no sólo basado en el uso exclusivo del medicamento, sino también gracias a que él sea capaz de reconocer sus propias fuerzas y capacidades, lo cual además idealmente, le llevará también a mejorar su autoimagen y autoestima, que en ellos suelen estar bastante deterioradas. Hay que recordar además, que el paciente puede presentar también otro tipo de trastornos, que necesitan ser atendidos asimismo mediante medidas específicas. Una tercera área está representada por aquellos conflictos que se han desarrollado en el hogar a través del tiempo con los padres y los hermanos, conflictos que definitivamente van a requerir primeramente de la información y la orientación adecuadas para los demás miembros de la familia, al igual que de cierto tipo de intervenciones psicoterapéuticas de parte de un profesional que tenga el entrenamiento y los conocimientos necesarios para trabajar con niños, con adolescentes, con parejas y con familias, como sucede con los paidopsiquiatras o los psicólogos capacitados para trabajar en dichas áreas.
La cuarta área no menos importante, es la que se enfoca al desempeño académico, y al trabajo individual que se requiere de parte de maestros y pedagogos con estos sujetos para ayudarlos a alcanzar el nivel escolar adecuado, o para resolver y superar los diversos tipo de trastornos del lenguaje o del aprendizaje que pudieran presentar. Una quinta área para tomar en cuenta es aquélla que tiene que ver con las diferentes limitaciones de tipo neurológico que estos chicos pueden presentar en lo que respecta a su equilibrio, orientación espacial, coordinación motora gruesa o fina, etc. y que necesitan de la ayuda específica de un experto adecuado. Finalmente, se podría hablar de una sexta área, en la cual se incluiría el diseño de un programa de orientación sobre conductas y actividades tanto en el hogar, como fuera de éste y de la escuela, dirigidas a promover esos objetivos principales que son tan importantes en la vida de estos chicos, como son el aprender a canalizar su energía en forma positiva y adecuada, a socializar y mejorar sus relaciones interpersonales, a mejorar su desarrollo físico y emocional en general a corto, mediano y largo plazo, así como a lograr internalizar sus controles, y mejorar su autoimagen y su autoestima (Continuará).