“La solución de cualquier problema crea problemas nuevos”.
Miguel de Unamuno
Al final los partidos políticos se pusieron de acuerdo y, siguiendo el viejo esquema de cuotas por partido, el único que permite nuestro actual sistema político, se pusieron de acuerdo para nombrar a los tres nuevos consejeros del IFE.
El PRD no consiguió imponer a Genaro Góngora, como había tratado de hacer durante meses, pero consiguió de cualquier manera la presidencia del Instituto Federal Electoral. Su candidato al final fue Leonardo Valdés, antiguo integrante del Partido Mexicano de los Trabajadores y colaborador de Heberto Castillo. Valdés fue consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal.
El PAN obtuvo a Benito Nacif, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica, el CIDE. Nacif es uno de los más reconocidos académicos en los campos político y electoral.
El PRI consiguió a Marco Antonio Baños, ex funcionario del IFE a quien algunas notas periodísticas han vinculado con el senador Manlio Fabio Beltrones, el principal impulsor de la reforma electoral.
Lo positivo para el país es que los chantajes quedaron atrás y todos los partidos en el Congreso votaron por los consejeros electorales. El PRD y los partidos de izquierda, sin embargo, lo hicieron divididos. Andrés Manuel López Obrador, el ex candidato presidencial que prepara ya su postulación para el 2012, cuestionó desde el primer día la legitimidad y honestidad de los nuevos consejeros, a quienes tildó de parte de un nuevo acuerdo entre el PAN y el PRI. Olvidó cómodamente que el nuevo presidente fue seleccionado por el PRD. López Obrador ha obtenido demasiado kilometraje de la teoría del complot como para abandonarla ahora.
De los tres nuevos consejeros, conozco personalmente a Valdés y a Nacif. Los dos me parecen honestos y conocedores. Valdés mostró siempre una gran independencia en el IEDF. De hecho, a pesar de su militancia en la izquierda, votó en contra de aceptar la candidatura de López Obrador a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal en el 2000 por considerar que no cumplía el requisito de residencia. Al juzgar los resultados de la elección en julio, sin embargo, Valdés avaló el triunfo del tabasqueño frente al panista Santiago Creel. Nacif ha mostrado inteligencia e independencia a todo lo largo de su carrera académica y en su monitoreo del trabajo del Congreso de la Unión.
No conozco a Baños ni estoy al corriente de su trabajo como funcionario del IFE o como analista de la empresa privada Demos. Pero estoy dispuesto a darle el beneficio de la duda. Por otra parte, estoy convencido de que por su naturaleza colegiada es muy difícil que en el IFE se den los tipos de abusos que el PRD y el PRI utilizaron como excusa para descabezar a la institución.
En el camino al consejo general del IFE quedaron muchos candidatos muy calificados. Genaro Góngora, el ministro de la Suprema Corte, es uno de ellos. Pero también está Lorenzo Córdova, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, uno de los más brillantes analistas de la legislación electoral de nuestro país; Mauricio Merino, quien fue un magnífico consejero del IFE; y Fernando Serrano Migallón, director de la Facultad de Derecho de la UNAM, entre otros. Todos ellos fueron vetados por razones que no tenían nada que ver con su competencia.
Al final el sistema político mostró una vez más su centralismo. Los tres nuevos consejeros viven en la Ciudad de México, como todos los que ya eran miembros del consejo general. Las reglas, de hecho, están hechas para favorecer a los capitalinos. Para empezar, es el Distrito Federal el lugar donde se lleva a cabo la grilla para la designación de estos funcionarios públicos. Pero además el IFE ya ha establecido un virtual requisito en el sentido de que sólo una persona residente en la Ciudad de México puede ocupar un lugar en el consejo general. Recordemos que hace años al regiomontano Jesús Cantú se le negó el reembolso de los pasajes de avión que le habrían permitido mantener su residencia en Nuevo León y desempeñarse al mismo tiempo como consejero del IFE.
La primera prueba de fuego del nuevo IFE tendrá lugar con los comicios federales de 2009. La verdad es que, si exceptuamos su nuevo papel como censora y administradora de tiempos de medios, la institución no ha cambiado de manera radical. Hay una estructura numerosa —y onerosa— debajo de los consejeros que funciona ya con experiencia y calidad. El IFE es una de las pocas entidades gubernamentales mexicanas con un verdadero servicio civil de carrera, el cual permite mantener la memoria histórica de operación a pesar de los cambios en la cúpula.
Pero de nada sirve, como lo vimos en el 2006, tener un IFE profesional si los candidatos y los partidos no están dispuestos a aceptar sus derrotas. Mientras nuestros políticos sigan insistiendo que ellos no pueden perder, todos los esfuerzos por construir un sistema electoral sensato estarán condenados al fracaso.
AMIGO
El presidente Felipe Calderón ha decidido darle a la relación con los Estados Unidos un perfil más bajo. Su primera visita a la Unión Americana se realiza a los 14 meses de su Presidencia. Y no es una visita de Estado que lo lleve a Washington. Su énfasis es la comunidad empresarial. Además, comienza su gira con una entrevista para el New York Times en la que dice que “Estados Unidos está perdiendo amigos” y debe por lo tanto acercarse “a los pocos amigos que le quedan”.