Las campañas presidenciales de Estados Unidos arrancaron oficialmente con emociones, estrategias y algunos sinsabores, tal como si se tratara del primer partido de una Serie Mundial en grandes ligas.
Barack Obama y John McCain son ya candidatos presidenciales, ambos cuentan con la aprobación de sus partidos y con su compañero y compañera de fórmula, respectivamente, para la vicepresidencia.
El primero en salir a batear fue el señor Obama, quien consiguió la primera anotación del partido con la selección del senador Joe Biden como candidato a vicepresidente.
Biden es lo opuesto a Obama, es un demócrata experimentado, conservador, de religión católica y con buenas credenciales en temas internacionales.
La selección de Biden balancea la fórmula demócrata aunque no faltaron críticos que señalan que no aporta gran cosa al cambio que proclama Obama.
La segunda anotación por parte del equipo demócrata vino por cuenta de una jugadora legendaria que en algún momento se pensó podría cambiar de franela o retirarse del juego antes de llegar al Clásico de Octubre.
Hablamos de la señora Hillary Clinton, quien en una de sus acostumbradas arengas lanzó un batazo de cuatro esquinas al proponer ella misma a su ex rival como el candidato presidencial demócrata y calificarlo como el único político capaz de emprender desde la Casa Blanca los cambios que requiere el país y el mundo.
Fue una tarde mágica para la senadora y ex primera dama quien junto a su marido Bill Clinton, acapararon los reflectores de Denver para ganarse un lugar en el roster demócrata en lo que resta de la campaña presidencial.
En una noche llena de estrellas y ovaciones, Barack Obama cerró con fuerza la convención y una vez más contagió con su promesa de cambio. Su discurso tuvo récord de 40 millones de televidentes, un rating superior al de la apertura de las Olimpiadas de Beijing y sólo superado por algunos partidos de Super Bowl.
No obstante muchos seguidores quedaron inquietos porque Obama no aclaró cómo llevará a cabo el cambio prometido ni qué estrategias seguirá para superar el bache económico que sufre Norteamérica.
Quedan otras dudas sobre la candidatura de Obama como son su escasa experiencia en temas financieros e internacionales, su respaldo al aborto y su indefinición en el tema migratorio.
No obstante al terminar la primera mitad del partido los demócratas tomaron una clara delantera de 2 por 0.
Los republicanos se acercaron rápidamente en el marcador cuando John McCain sorprendió hasta sus colaboradores cercanos con un batazo que mandó la esférica a la calle al anunciar que una mujer de 44 años de nombre Sarah Palin y de oficio gobernadora de Alaska, sería su compañera de fórmula.
Luego vendrían los sinsabores en la convención republicana que primero fue amenazada por los efectos del huracán “Gustav” y horas más tarde por rumores de que la señora Palin, quien tiene cinco hijos entre ellos un bebé de cinco meses, atravesaba por un trance familiar: el embarazo de su hija soltera de 17 años.
Como en las salidas erráticas de Trevor Hoffman, los republicanos y su candidato John McCain intentaron atajar las críticas en contra de Palin y ofrecerle su voto de confianza.
Será hasta las próximas horas cuando sabremos si la gobernadora Palin sucumbe a las críticas o si resurge como poderosa candidata a la vicepresidencia, hasta ahora la primera mujer en llegar a tal posición en la historia norteamericana.
Al finalizar el primer partido el marcador dice: Obama 2, McCain 1. Pero la Serie apenas empieza y como bien decía el célebre Buck Canal “esto no se acaba hasta que se acaba”.
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