El objetivo de la misión es recuperar el liderazgo y la credibilidad de Estados Unidos en el mundo, rescatar la maltrecha alianza trasatlántica con Europa y terminar con el frecuente desdén en las relaciones con América Latina. Una tarea que, hasta hace muy poco, parecía hecha a la medida del actual gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, del senador republicano por Nebraska, Chuck Hagel, o del ex candidato demócrata a la presidencia, John Kerry.
Hasta que se cruzó en su camino Hillary Clinton, que en el curso de las últimas horas se ha convertido en la más adelantada candidata para convertirse en la futura Secretaria de Estado o "Miss Foggybottom", en alusión al barrio residencial donde se ubican los cuarteles del Departamento de Estado.
En medio de intensos rumores, no desmentidos ni confirmados por el presidente electo Barack Obama, ni por Hillary, la posible designación de la senadora por Nueva York como la máxima representante de la política exterior de Estados Unidos, ha sido considerada por un nutrido grupo de expertos como una decisión que permitirá a Obama apurar el proceso de reconciliación al interior del Partido Demócrata y mantener a prudente distancia a una poderosa aliada.
"Con Hillary Clinton en el Departamento de Estado y en permanentes misiones por el mundo, Obama no tendrá que preocuparse por la continua presencia de los Clinton, particularmente de Bill, en la Casa Blanca", consideró el analista diplomático, Gideon Rachman, al adelantar que en caso de confirmarse la designación de Hillary la administración Obama tendría además a una embajadora de lujo de EU en el mundo.
Además, Obama tendría la oportunidad de cerrar de una vez por todas las cicatrices de una larga y amarga confrontación con el clan de los Clinton a quienes arrebató su oportunidad de regresar por un tercer mandato a la Casa Blanca.
“En el largo plazo, esta decisión permitirá sanar las heridas después de unas reñidísimas primarias entre Obama y Clinton", consideró el analista político, Al Kamen.
Los rumores, esparciendo el posible fichaje de Hillary como miembro destacado de la administración Obama, trascendieron después de la sorpresiva entrevista que mantuvieron Clinton y el presidente electo a última hora del pasado jueves en Chicago. Tras la negativa de Obama a ofrecer el cargo de vicepresidenta a la senadora por Nueva Yor, la mayoría de los analistas habían dado por descartada su posible incorporación en el gabinete.
“Pregúntenle a Barack Obama”, respondió Hillary a los periodistas que la acribillaron a preguntas. “No voy a especular ni a decir nada sobre la próxima administración del presidente electo. Voy a respetar su proceso”, añadió Clinton durante un acto celebrado en Albany, en el estado de Nueva York.