La más intensa y dilatada contienda presidencial en la historia moderna de Estados Unidos agotaba sus últimas horas entre los agónicos llamados del republicano John McCain, contra el desaliento que se dibujaba en el rostro de sus colaboradores y un apoteósico cierre de filas en torno al demócrata Barack Obama y su ejército de voluntarios, que se han repartido por estados como Florida, Pennsylvania, Ohio, Colorado, Nevada, Virginia y Nuevo México para tratar de evitar que se repita la vieja historia de una victoria anunciada que termina en derrota.
Las encuestas difundidas en vísperas de las elecciones, confirmaron la consolidación de Obama en las preferencias por un margen de entre 7.3 puntos que le concedía la página de Real Clear Polítics (en su promedio nacional de encuestas) y los 11 puntos que le asigna Gallup. Según la última encuesta de Reuters/Zogby, el candidato demócrata aventaja a su rival en seis de los ocho estados considerados clave, incluyendo Florida y Ohio.
Con los vientos de las encuestas soplando a su favor, la mayoría de los analistas coincidían en señalar que el demócrata podría encontrarse a un peldaño de la victoria, con un margen de ventaja que le daría un “cómodo” triunfo de entre tres y cuatro puntos y una victoria sin precedentes desde 1976, cuando James Carter conquistó la Presidencia con el apoyo del voto popular en 23 estados y un total de 297 votos electorales. Según la página de fivethirtyeight.com, Obama podría conseguir 346 votos electorales —muy por encima de los 270 que necesita para ganar—.
Sin embargo, el demócrata pidió a sus simpatizantes no bajar la guardia: “No piensen ni por un segundo que estas elecciones se han acabado. Tenemos que trabajar como si nuestro futuro dependiese de ello en las próximas 24 horas, porque sí que depende de ello”, dijo este lunes en su maratónico recorrido por Florida y Carolina del Norte.
En tanto, McCain recorrió los pueblos y suburbios de Pennsylvania, un estado que reparte 21 votos electorales y podrían salvarle de una derrota anunciada. “Sólo queda un día para que llevemos a América hacia una nueva dirección”, dijo McCain con la voz desgarrada, mientras advertía que “Mac está de regreso y va a demostrar que esto no se acaba hasta que se acaba”.