El Papa Benedicto XVI realizó ayer una ceremonia religiosa después de la procesión eucarística celebrada en Lourdes, Francia. (EFE)
El Papa ofició ayer su primera misa en el santuario de Lourdes, en la que dijo que este es un lugar “de servicio fraterno, especialmente por la acogida a los enfermos, los pobres y todos los que sufren”, y desde el que lanzó el mensaje de que “el poder del amor es más fuerte que el mal que nos amenaza”.
“María reveló en Lourdes el misterio de la universalidad del amor de Dios por los hombres. Ella invita a todos los hombres, a todos los que sufren en su corazón y su cuerpo, a levantar los ojos hacia la Cruz, para encontrar en ella la fuente de la vida, la fuente de la salvación”, afirmó Benedicto XVI en el santuario que el Vaticano considera “ciudadela de vida y esperanza”.
Ante más de cien mil personas, según datos del santuario, reunidas en la Pradera del santuario levantado en las faldas de los Pirineos, el Pontífice pronunció una homilía marcadamente mariana en la que resaltó la figura de María, recordando que cuando se apareció a la niña Bernadette Soubirous en 1858 le dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.
“María, así, desveló la gracia extraordinaria que recibió de Dios, la de ser concebida sin pecado”, precisó el Papa, que añadió que la Virgen recuerda en Lourdes que la oración, “intensa y humilde, confiada y perseverante, debe tener un puesto central en nuestra vida cristiana”.
El Papa manifestó que en el Rosario, “tan querido para Bernadette y los peregrinos, se concentra la profundidad del mensaje evangélico, introduce en la contemplación del rostro de Cristo y de esa oración con los humildes podemos sacar copiosas gracias”.
En su exaltación de María dijo también que la Virgen dice a los hombres “que nadie es indiferente para Dios” y que la fe cristiana no es “un peso”, sino que es como un ala que permite volar más alto “para refugiarnos en los brazos de Dios”.
El Papa la invocó para que ayude a los matrimonios a descubrir “la belleza de un amor auténtico y profundo, vivido como don recíproco y fiel”.
A la misa, en la que estuvo presente la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, asistieron miles de muchachos, muchos de los cuales pasaron una noche antes durmiendo en tiendas de campaña sobre el barrizal formado en la pradera debido a la intensa lluvia caída ayer.
Pide el Papa acabar divisiones sobre rito de misa en latín
El Papa Benedicto XVI advirtió ayer sobre el peligro de una creciente división entre los católicos en torno al uso de la forma tradicional de la misa en latín.
El Pontífice dijo a los líderes religiosos franceses que los fieles deberían sentirse como en casa cuando están en su Iglesia, tanto si prefieren que vuelva a usarse la antigua lengua durante ceremonias religiosas o si optan por idiomas modernos. La controversia afecta principalmente a Francia, donde hay muchos partidarios del arzobispo Marcel Lefebvre, que se rebeló contra las reformas modernizadoras del Vaticano durante la década de 1960, que incluían reemplazar el latín por lenguas vernáculas en la misa.
El año pasado, Benedicto XVI emitió un documento donde le daba la opción a los curas de parroquias de ofrecer la misa en latín con rituales antiguos conocidos como el rito Tridentino, si un “grupo estable” de fieles lo solicitaba. Antes, sólo los obispos podían ofrecer ese rito en latín.