En la Administración pública federal se consumen más de 14 mil 600 toneladas de papel al año.
Entre los bienes de consumo que más utilizan las oficinas públicas está el papel y los productos derivados de la madera. En 2007, el Gobierno Federal programó el gasto de casi 2 mil millones de pesos en productos forestales como madera y muebles de oficina. Adicionalmente, en la Administración pública federal laboran alrededor de 2 millones de personas, que por año consumen más de 14 mil 600 toneladas de papel.
La reforma a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público establece que, a partir de marzo de 2008, en dependencias y entidades de la Administración pública federal, el papel que adquieran debe contener un mínimo de 50% de material reciclado, fibras naturales no derivadas de la madera o materias primas provenientes de bosques y plantaciones sustentables; debiendo implementar programas para reducir su consumo en impresoras y fotocopiadoras.
Los bosques son uno de nuestros recursos naturales más importantes, gracias a ellos se combate el calentamiento global, se favorece la captación de agua y se previene la erosión.
El Gobierno Federal ha impulsado un ambicioso programa de reforestación que ha logrado la siembra de 9 millones 345 mil árboles. Es congruente que la política pública establezca el uso de papel reciclado y la reducción del uso del mismo en oficinas gubernamentales.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el comercio de madera es, sin duda, la causa principal de la pérdida de bosques. El índice de consumo de papel en el mundo a comienzos del siglo XXI se calculaba en 300 millones de toneladas anuales, mientras que en 2005 ascendió a 366 millones y se espera que para 2020 alcance los 566 millones.
El consumo de papel es un problema de todos, entre más desarrollado sea el país, mayor es su tasa de consumo. Todos podemos contribuir a disminuir el problema.