El ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, ofreció ayer a las rebeldes FARC un corredor de 30 millas a la redonda y la suspensión de las operaciones militares para que entreguen a las rehenes Clara Rojas y Consuelo González.
“El Gobierno, a pesar del engaño de las FARC (en el caso del niño Emmanuel, hijo de Rojas), está dispuesto a crear un corredor de movilidad y cesar las operaciones militares 30 millas a la redonda” del lugar donde sean entregadas, dijo Santos a periodistas.
El ministro de Defensa afirmó que si la operación humanitaria para liberar a Rojas y González “se quiere revivir y repetirse, el Gobierno nacional da todas las garantías y todas las facilidades para que liberen a los secuestrados”.
La misión humanitaria, en la que participaban los gobiernos de Venezuela, Cuba, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Francia y Suiza como garantes junto al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), fue suspendida el 31 de diciembre por las propias FARC.
Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) argumentaron que la decisión de abortar la entrega de los rehenes se tomó debido a los operativos militares que se desarrollaban en la zona suroriental de Colombia.
El presidente Álvaro Uribe, sin embargo, sostuvo el mismo 31 de diciembre que la suspensión de la misión fue porque el grupo rebelde no tenía en su poder a Emmanuel, quien supuestamente formaba parte del grupo de rehenes que entregarían en forma unilateral.
El caso de Emmanuel se aclaró la víspera, cuando se probó mediante un examen de ADN que el niño se encontraba bajo la identidad de Juan David Gómez en una institución estatal de asistencia al menor en Bogotá, lo cual fue admitido por el propio grupo guerrillero.
“Las FARC quedan muy mal por que engañaron a sus amigos, a la comisión internacional y a la opinión pública nacional e internacional”, afirmó el ministro colombiano de Defensa. Señaló que “entregar dos secuestrados en la selva es muy fácil.
No es sino que los dejen en un caserío o algún sitio, llamen y digan “están aquí” y la Cruz Roja o la Fuerza Pública o el que sea va por ellos”.
Santos pidió a las FARC que libere a los 745 secuestrados que están en su poder, 700 de los cuales serían plagios con fines de extorsión y 45 clasificados como “rehenes canjeables” por 500 guerrilleros que están en prisión.
Un niño, víctima de un conflicto brutal
Emmanuel, un niño de entre tres y cuatro años de edad, nacido en algún lugar de la selva colombiana, es a tan corta edad, una de las muchas víctimas infantiles de la brutalidad del conflicto armado en el país.
De entrada, el niño fue nombrado Juan David porque así se llamaba su padre. Su alias sería Rigo. Hijo de Clara Rojas, una abogada que hoy cuenta con 44 años de edad y los últimos seis secuestrada por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Emmanuel fue engendrado y nació en cautiverio, en medio de un parto complicado por las condiciones de la selva, la edad de Rojas, una precaria asistencia, y el disgusto de los guerrilleros.
En 2005 el primer frente de las FARC decidió entregar a Emmanuel, entonces de pocos meses, con un brazo fracturado -según parece, desde que nació-, débil y muy enfermo, a José Crisanto Gómez, un hombre dedicado a labores de construcción en el selvático departamento del Guaviare, para que lo cuidara, con la advertencia de que luego volverían por él.
Pero el grado de desnutrición, la leishmaniasis y otros males que padecía el menor, obligaron a Gómez a llevarlo a un hospital, que a su vez lo entregó al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en San José del Guaviare, capital de Guaviare. El defensor de familia del Guaviare, Juan Alberto Cuta Cadena, que murió degollado en noviembre del año pasado, fue quien lo entregó junto a otros dos niños de esa región al ICBF. Según este organismo, el bebé llegó “con signos de maltrato y presentó diagnósticos de desnutrición, paludismo, enfermedad diarréica aguda, leishmaniasis, fractura de húmero y abandono social”.
José Crisanto Gómez entregó al niño diciendo que él era su tío abuelo paterno y hace poco menos de dos semanas, cuando se presentó en esa misma población a reclamarlo, levantando las sospechas de las autoridades, dijo que ya no era ése su parentesco sino que era el padre, pero el menor ya no estaba, pues había sido enviado a Bogotá, donde fue operado y entregado a una “madre sustituta”.
Amenazado por las FARC, que le exigían la entrega de Emmanuel antes del 30 de diciembre pasado, para poder entregarlo junto a su madre y la ex congresista Consuelo González de Perdomo, pidió la protección del Estado y contó que el niño era “de las FARC”.
